Narra
Ainhoa
(Cinco
meses después)
“Bienvenida sea esta preciosidad…” y
debajo del mensaje se encontraba una fotito muy especial. Lorena, mi ahijada,
la nueva alegría de Marisol y Hugo. ¡Vaya niña más guapa! Pequeña, un poco
morena, con unas mejillas súper monas. Pronto me he perdido de amores por
aquella niña.
No tardé mucho a hacer la merecida
visita. A Marisol se le parece que no le ha pasado nada, está igual, igual a lo
normal, fuerte y llena de felicidad. Es impresionante. Entre ella, la peque,
Hugo, Pablo y Ainhoa, soy yo la única que no puede decir que está fuerte.
Estoy más sensible que nunca, la balanza
se me da cada vez más peso y no es para menos. Mi vientre se parece que está
lleno de plomo y caminar es cada vez más una tarea ardua, pero todo sigue
perfecto y eso ya me vuelve todas las fuerzas que pierdo en soportar una vida
en mi interior.
En un día tengo ganas de comer churros
con chocolate y en el otro las ganas de dormir toman cuenta de mí. Pablo y
Ainhoa siguen teniendo una santa paciencia para aguantar todos estos cambios.
- Hola princesita… - susurro a la niña
cuando me la pusieron en mis brazos. Me rendí a sus encantos, imposible de no
hacerlo.
- Me lo parece que ha gustado mucho de
ti… - comenta Marisol.
- … y yo a ella… ¡qué cosita más mona! –
no puedo parar de sonreír hacía Lorena, que muy tranquila duerme en mis brazos.
La emoción se me empieza a subir, pero
intento controlarme. No veo la hora de tener a este diamante que tengo en mi
vientre y que tanta alegría sigue trayendo a nosotros.
- … ¿y tú? Te veo con un aire tan
fatigado… - comenta Marisol cuando ya estábamos a solas.
- Todo sigue entre une mezcla de
felicidad y miedo… cada día es una victoria…
- … y es una victoria justa. Vosotros os
merecéis toda la felicidad que pueda existir… hombre, ¡la cara de Pablo no
equivoca a nadie! Se puede ver a kilómetros de distancia que lo que más quiere
en esto momento es de esto siga bien…
- A veces no me lo sé cómo puedo
aguantar tantas cosas… es el miedo de que esto pueda estar mal, son las ganas
de ver el disco de Pablo saliendo por allí, es mi padre…
- … ¿todo sigue igual? – interrumpe.
- No… sigue peor… ya todos tenemos el
corazón preparado para todas las situaciones que podrán venir, aunque nos esté
costando un montón…
- … pero tu padre es un hombre fuerte y
si hasta ahora aguantó tanto, seguro que aguantará mucho más…
- Eso esperamos todos…
- .. bueno, hay que mantener la
esperanza y lo sé que tú la tienes… ya verás que tu padre se va embobar con esa
cosita que estás cargando…
- ¡Ya sigue embobado! Se parece un sol
sonriendo… es el bebé de Ainhoa allí, es el enseñar los pájaros y, sobre todo…
¡es el deseo de que sea un niño!
- Yo presiento que será una niña…
- Yo también… - digo.
- Entonces será una niña… tus
presentimientos jamás se equivocan…
- … pero en este turno pueden…
- Venga, ya verás que será una niña… si
hasta ahora has presentido todo bien, no será ahora que vas a equivocarte…