Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

lunes, 16 de febrero de 2015

37. Desayuno sin molestias

Narra Pablo
- Ay Díos mío que...
- Shhhhh...
Del piso de abajo se escuchaban algunas voces, aunque intentaban ser muy discretas, se podía escuchar algún ruído. Se escuchaban algunas puertas abriéndose, el teléfono sonando y el timbre también. Todavía era muy temprano, a las seis de la mañana todo el mundo sigue durmiendo, normalmente.
- Qué ruido es este, Pablo? - me preguntaba Ainhoa más dormida que despierta.
- No lo sé... seguro que alguien se ha despertado...
- En serio? Todavía son seis de la mañana...
Salgo de la cama y me fui a ver lo que estaba pasando. Bajo las escaleras y luego me aparece Sofía en pijama.
- Qué haces aquí, guapa?
- Pues... nada... no hago nada...
- Estás haciendo algo... yo te conozco...
Sin embargo sale Ainhoa de la cocina y para por un rato. Hizo cara de susto y en pasos muy lentos vino hacía mi.
- Tu también? - le pregunto - … dos niñas que deberían estar en la cama y están por aquí haciendo tanto ruido! Qué estáis haciendo?
- Nada... - me responde Ainhoa - … no teníamos ganas de dormir más y...
- … y habéis venido a hacer algo... - completo.
- Tito, no lo cuentes a nadie... - me lo suplicaba Sofía - … no lo cuentes a...
- Vale, vale... - le interrumpo - … podéis seguir por aquí, pero no podéis hacer ningún ruido... ninguno! Vale? Sino alguien se va a despertar!
- Vale... - me responden juntas.
Por cierto que estarían haciendo algo, pero por sus caras de susto, lo presentía que no era nada de malo y que podía subirme tranquilo. Tenía curiosidad en saber, pero tarde o temprano iba a descubrir. Conozco muy bien a Sofía y mucho más conozco mi niña y lo sé que las dos no se pueden ocultar algo por mucho tiempo.
Volví a entrar en un sueño profundo, pero no se quedaría por mucho tiempo. Me despierto con el sonido de un golpe en la puerta. Ainhoa se despertaba de la misma manera y ni yo ni ella sabíamos de quién estaría haciendo aquello.
- Quién es? - pregunto antes de abrir la puerta.
- Nadie... - del otro lado reconocía la dulce voz de Ainhoa. No existe voz más bonita que la suya, la voz de quién estaba preparando algo, porque de ella todo se puede esperar, siempre cosas que te dejan boquiabierto y feliz.
- Usted quiere algo, señorita? - pregunto al abrir la puerta.
- Hoy tendréis el servicio de habitaciones especial...
- Servicio especial? - preguntaba Ainhoa levantándose.
- Sí... - sin embargo aparece Sofía con una bandeja llena de comida buena - … es para comer todito eh!!
- Madre mía, ha sido por esto que os he pillado? - pregunto.
- Sí... - pregunta Sofía - … Ainhoa me ha pedido ayuda...
- Papá, no puedes decir que no... tomate la bandeja que esto para ti y para mamá... ahora nos vamos que no queremos molestaros...
Abría los ojos de par en par y todo me parecía tan irreal. Mi niña y sus travesuras tan bonitas, sus sorpresas que nos llenan el alma de energias tan positivas. Se notaba un montón de cariño en aquel desayuno tan dulce y lleno de sabor.
- Todavía me lo pregunto cómo ellas han hecho todo esto? - decía Ainhoa - … solo este pan tostado tan rico me va a llenar el estomago... esto es una desayuno para cinco o seis!
- Así estoy yo también... - le respondo - … vaya qué niñas más listas y inspiradas! - comienzo a comer una rebanada de pan tostado - … y cocineras maravillosas... que esto está fabuloso!
El brillo solar y la tranquilidad de los dos rellena de aquel desayuno maravilloso era la escena perfecta para empezar una mañana en mi bonita Málaga. Ninguna molestia, solo el disfrutar de estos sencillos momentos a solas, dónde se respira y se siente amor.

lunes, 9 de febrero de 2015

36. Sorpresas y sorpresitas

Narra Ainhoa
(Un mes después)
- Huele super bien... huele a Málaga... - decía Pablo al salir de la estación de trenes en Málaga. Tras haber pasado un día en Madrid durmiendo como rocas, Málaga abría sus brazos para abrazarnos por unos largos días de descanso. Éramos tres personas totalmente renovadas, salidas de una aventura que jamás que se quitará de nuestros pensamientos.
- Por fin os tenemos por aquí! - se notaba la felicidad en los ojos de Salvador. Aquel abrazo de padre y hijo que hicieron Pablo y él, demostraba el amor incondicional que se tienen uno al otro. Con Elena ha pasado lo mismo, con el detalle de que ella por muy poco no se quedó envuelta en lagrimas. Se explotaba de felicidad en la casa y una sorpresa más llegaba.
Por la puerta del salón entraba mi padre y mi madre y yo casi que me ahogaba en lagrimas. No lo sabía cómo esto estaba sucediendo, pero la verdad es que no me molestaba. Los abracé con todas las fuerzas que tenía, aún más sabiendo que para mi padre ya no existe tratamiento posible para su cáncer.
- Qué bella sorpresa me lo habéis hecho! - les digo.
- Todavía no has visto nada... ahora nos tienes cercos de tí... - me dice mi padre.
- En serio?
- Sí... nos hemos comprado una casa de vacaciones aquí, en esta tierra tan mágica...
- Qué? Eso es una broma, verdad?
- No, no lo es... - me contesta - … yo necesito de relajar y de mucha paz y aquí la encuentro de la manera que más me gusta!
- Por fin habéis hecho algo bueno! Si en Málaga no te relajas, no te relajas en lado ninguno, te lo afirmo por experiencia! Ahora decidme una cosa...
- Qué quieres que te diga? - pregunta mi madre.
- Cómo habéis llegado hacía aquí? Está bien que habéis comprado una casa, pero ahora mismo no estáis en ella...
- Es una historia un poco larga, cielo... - Elena se pone a mi lado y de una forma muy cariñosa me contesta - … lo importante es que nosotros estamos del mismo lado... queremos ayudaros con todo...
- Ayudarnos con todo? - pregunta Pablo - … a qué “todo” queréis decir?
- Seguro que ya lo sabéis que deseamos que el matrimonio sea pronto... - responde Salvador.
- Vale, vale, vale... no necesitáis de decir nada más... - interrumpe Pablo - ... yo y Ainhoa ya tenemos todo muy bien pensado, verdad? - me mira y me guiña su ojo. Aunque por un rato yo no sabía de lo que estaba hablando, entro en el juego y continuo:
- Sí, será más pronto de lo que estáis pensando... - digo yo casi balbuceando, con las mejillas muy rosadas.
- Qué chicos más listos que sóis! A ver si no hacéis el típico hecho de anunciar la fecha casi en los últimos días! - comenta mi padre.
Pablo dibuja una sonrisa y yo también, aunque por un rato yo haga de todo para “decir” a Pablo de que no estaba teniendo ninguna idea de lo que él estaba hablando con ese “todo muy bien pensado”. No lo sé, de verdad. Si Pablo está preparando algo más, no lo sé qué voy a hacer con él. A mi me gustan las sorpresas, pero las últimas que ha hecho casi que me muero y eso quizás no sea bueno para mi débil corazón y mis frágiles sentimientos. No es bueno, nada bueno.
- Mamá... tengo que decirte una cosa - me lo afirmaba la niña cuando me fui a darle su besito de buenas noches.
- Pues te estoy escuchando, princesa... qué tienes para decirme?
- … fui yo quién ha tenido la idea de la petición de matrimonio... porque papá ha necesitado de mi ayuda... y yo me recordé de la peli que habíamos visto hace algún tiempo, aquella de la señorita rubia con el médico, te recuerdas?
- Me recuerdo perfectamente... y cómo te has recordado de semejante escena, señorita?
- Para mí la señora rubia es igual a tí... siempre está sonriendo y ella quería mucho al médico... así como tu quieres mucho a papá, sabes... te ha gustado?
- Cómo no me ha gustado? A mi me ha encantado... vosotros hicistéis un buen trabajo juntos, que yo no tuve ni idea que iba a ser víctima de algo así...
- Si supieras lo que tuvimos que hacer... pero eso no importa, lo importante es que te ha gustado y yo ya soy la asistente personal de papá...
- Uau! Es mejor que digas: asistente para impresionar a mamá, eh!!
- Esa es mi mejor calidad... pero solo la suelto cuando estoy a solas con papá...
- … y cuando estás a solas conmigo, no la sueltas? Me voy a quedar celosa! - bromeo.
- Yo también la suelto... y por eso mismo te digo que deberías irte a dormir...
- Pero qué es esto?!? Mi niña diciéndome que me va a dormir?!?
- No puedes dejar a papá solo... yo me quedo dormida con Quique, él me contará un cuento bonito...
Me quedaba muy seria mirando a mi hija impresionada con sus palabras. Su naturalidad al soltar semejante frase que estaba probando de que al final, Ainhoa ya no es así tan pequeña cómo yo pienso ser. Son 5 años gigantes, que ya no necesitan de cuentos para entrar en sueños profundos y bonitos, que tan solo un besito de buenas noches es más que suficiente, que luego ya me está casi “expulsando” de la habitación para irme a la mía.
Mi princesita es una caja de sorpresas y es cierto que vendrán muchas más veces que me va a dejarme boquiabierta con palabras y hechos.

miércoles, 4 de febrero de 2015

35. Palabras que se quedan reales

Narra Pedro
Con toda la euforia del momento, salgo del coche corriendo, entro en la casa de mis padres hecho un loco para contar el notición que me había llegado. Lo sabía que iba a ser una bomba, pero una bomba de las buenas, algo que hace un montón de tiempo todo el mundo se lo esperaba y no me lo podía contener.
- Pedro, qué te pasa, hombre? - pregunta mi padre muy sorprendido al ver semejante actitud.
- Papá, por fin! Por fin llegó el momento!!
- Qué momento? - sale mi madre de la cocina muy afligida al escuchar mis palabras.
- Qué momento?!? Sé más preciso, no? - me lo suplicaba mi padre.
- Es Ainhoa...
- Ainhoa? Ay Díos mío, qué pasa?
- No es nada malo... es el opuesto, es maravilloso!
- Joder, suelta las palabras de una sola vez!
- Los dos se... los dos se van a casar! - gritaba yo con todas mis alegrías al aire.
- En serio? Eso no es ninguna broma?!? - desconfiaba mi padre.
- No... es verdad... por casualidad he llamado a Ainhoa y ella me lo ha contado... nuestra niña está explotando de alegría!
- Gracias a Dios que el matrimonio sale, eh!! A ver si hacen eso pronto!
- Ainhoa debe estar en las nubes... - comentaba mi madre - … ay mi niña... y yo tantos años esperando por este notición!
Mi madre empezaba a caerse en lagrimas de alegría. Lo sabía que iba a reaccionar así, que el sueño más grande de mi madre es ver a la niña de sus ojos casarse con alguien que ella quiere de verdad. Por el otro lado estaba mi padre, aunque no estuviese demostrando lo que estaba sintiendo, lo sabía que estaba tan emocionado o tal vez más emocionado que mi madre.
Es cierto de que todos estamos felices. La más cabezota de la familia lograba por el camino de la felicidad, aunque en el comienzo nadie aprobaba la relación que tenía con Pablo.
Teníamos todos mucho miedo de que volviese a pasar por malos ratos como ya lo había pasado, que nadie se lo esperaba de que su pareja tuviese una profesión un poco “diferente” de las demás. Seguro que fui el único que tenía la certeza de que iba a encontrar a alguien que vive de la inspiración. Yo afirmaba que sería un arquitecto, pero ha salido un cantante. Un cantante de los bueno, artista de los pies a cabeza.

FLASHBACK
(Ginebra, hace 5 años)
Pedro aterrizaba en Ginebra con una locura hecha. Se lo había apostado con su hermana de que no tenía el coraje de irse a una ciudad que no conocía solo para verla. Lo había hecho y Ainhoa, por la primera vez en su vida, perdía una apuesta con Pedro.
- Me lo parece que te está gustando los estudios por aquí...
- Sí... es maravilloso... aunque esté solo yo y los libros, estoy disfrutando de todo... Ginebra es maravillosa...
- Solo espero que no te pierdas... y lo sabes muy bien a lo que quiero decir con esto...
- Lo sé, hermanito... yo me cuidaré, no te preocupes...
- Es que tu eres una artista... la artista de las intrigas, que tiene mil y una ideas para hacer nuevas aventuras...
- Que va... lo sé que no soy muy “normal”, pero no exageres, eh!!!
- Sí, sí... lo veo... seguro que encontrarás a un artista que te va a dejar con amor hasta las trancas...
- No seas tonto... los artistas están muy bien... pero no sé si tendría paciencia para tanta inspiración en una sola persona!
- Lo tienes... y lo puedo apostar que será arquitecto o algo parecido... es tu cara...
- Madre mía, las cosas que tu imaginas, Pedro! En poco tiempo ya me lo dirás que será un cantante o un actor, no?
- Pues eso no lo afirmo... pero es una hipótesis...
- Cantante? Me estás viendo con un cantante? O con un actor? Si es así, yo te veo con una top model...
- Ainhoa, nunca has escuchado las palabras de papá?
- Qué palabras?
- No te recuerdas del “nunca digas no a nada porque no sabes lo que te espera en el futuro”?
- Lo sé... pero no será arquitecto... y tampoco será cantante...
- Es mejor que dejes pasar unos años y después nos hablamos, vale?
- Lo sabes que voy a tener razón, Pedro...
- El último a reíse es lo que se va a reír mejor, nena...
(Fin del flashback)
Lo que hace algunos años Ainhoa se lo negaba, ahora lo estaba pasando. Sabias palabras de mi padre fueron aquellas que ha dicho muchas veces. Parecía que ya lo sabía lo que iba a pasarse con Ainhoa. Existen cosas que no se explican. Esta es una de ellas. Tampoco nos ha pasado por la cabeza que aquella “discusión” que había tenido con Ainhoa en broma iba a hacerse realidad.