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miércoles, 4 de febrero de 2015

35. Palabras que se quedan reales

Narra Pedro
Con toda la euforia del momento, salgo del coche corriendo, entro en la casa de mis padres hecho un loco para contar el notición que me había llegado. Lo sabía que iba a ser una bomba, pero una bomba de las buenas, algo que hace un montón de tiempo todo el mundo se lo esperaba y no me lo podía contener.
- Pedro, qué te pasa, hombre? - pregunta mi padre muy sorprendido al ver semejante actitud.
- Papá, por fin! Por fin llegó el momento!!
- Qué momento? - sale mi madre de la cocina muy afligida al escuchar mis palabras.
- Qué momento?!? Sé más preciso, no? - me lo suplicaba mi padre.
- Es Ainhoa...
- Ainhoa? Ay Díos mío, qué pasa?
- No es nada malo... es el opuesto, es maravilloso!
- Joder, suelta las palabras de una sola vez!
- Los dos se... los dos se van a casar! - gritaba yo con todas mis alegrías al aire.
- En serio? Eso no es ninguna broma?!? - desconfiaba mi padre.
- No... es verdad... por casualidad he llamado a Ainhoa y ella me lo ha contado... nuestra niña está explotando de alegría!
- Gracias a Dios que el matrimonio sale, eh!! A ver si hacen eso pronto!
- Ainhoa debe estar en las nubes... - comentaba mi madre - … ay mi niña... y yo tantos años esperando por este notición!
Mi madre empezaba a caerse en lagrimas de alegría. Lo sabía que iba a reaccionar así, que el sueño más grande de mi madre es ver a la niña de sus ojos casarse con alguien que ella quiere de verdad. Por el otro lado estaba mi padre, aunque no estuviese demostrando lo que estaba sintiendo, lo sabía que estaba tan emocionado o tal vez más emocionado que mi madre.
Es cierto de que todos estamos felices. La más cabezota de la familia lograba por el camino de la felicidad, aunque en el comienzo nadie aprobaba la relación que tenía con Pablo.
Teníamos todos mucho miedo de que volviese a pasar por malos ratos como ya lo había pasado, que nadie se lo esperaba de que su pareja tuviese una profesión un poco “diferente” de las demás. Seguro que fui el único que tenía la certeza de que iba a encontrar a alguien que vive de la inspiración. Yo afirmaba que sería un arquitecto, pero ha salido un cantante. Un cantante de los bueno, artista de los pies a cabeza.

FLASHBACK
(Ginebra, hace 5 años)
Pedro aterrizaba en Ginebra con una locura hecha. Se lo había apostado con su hermana de que no tenía el coraje de irse a una ciudad que no conocía solo para verla. Lo había hecho y Ainhoa, por la primera vez en su vida, perdía una apuesta con Pedro.
- Me lo parece que te está gustando los estudios por aquí...
- Sí... es maravilloso... aunque esté solo yo y los libros, estoy disfrutando de todo... Ginebra es maravillosa...
- Solo espero que no te pierdas... y lo sabes muy bien a lo que quiero decir con esto...
- Lo sé, hermanito... yo me cuidaré, no te preocupes...
- Es que tu eres una artista... la artista de las intrigas, que tiene mil y una ideas para hacer nuevas aventuras...
- Que va... lo sé que no soy muy “normal”, pero no exageres, eh!!!
- Sí, sí... lo veo... seguro que encontrarás a un artista que te va a dejar con amor hasta las trancas...
- No seas tonto... los artistas están muy bien... pero no sé si tendría paciencia para tanta inspiración en una sola persona!
- Lo tienes... y lo puedo apostar que será arquitecto o algo parecido... es tu cara...
- Madre mía, las cosas que tu imaginas, Pedro! En poco tiempo ya me lo dirás que será un cantante o un actor, no?
- Pues eso no lo afirmo... pero es una hipótesis...
- Cantante? Me estás viendo con un cantante? O con un actor? Si es así, yo te veo con una top model...
- Ainhoa, nunca has escuchado las palabras de papá?
- Qué palabras?
- No te recuerdas del “nunca digas no a nada porque no sabes lo que te espera en el futuro”?
- Lo sé... pero no será arquitecto... y tampoco será cantante...
- Es mejor que dejes pasar unos años y después nos hablamos, vale?
- Lo sabes que voy a tener razón, Pedro...
- El último a reíse es lo que se va a reír mejor, nena...
(Fin del flashback)
Lo que hace algunos años Ainhoa se lo negaba, ahora lo estaba pasando. Sabias palabras de mi padre fueron aquellas que ha dicho muchas veces. Parecía que ya lo sabía lo que iba a pasarse con Ainhoa. Existen cosas que no se explican. Esta es una de ellas. Tampoco nos ha pasado por la cabeza que aquella “discusión” que había tenido con Ainhoa en broma iba a hacerse realidad.

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