Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

domingo, 19 de abril de 2015

50. Visita de reflexión

Narra Pablo
- ¡Por fin veo a uno de los dos! Marisol aparecía justo a la puerta del edificio. Hace un montón de tiempo que ya no nos vemos y ahora viendo que está “más gordita”, es decir, con un bonito vientre de embarazada.
- Hace cuánto tiempo, ¿no? De hecho, ha pasado mucho tiempo… - digo mirando su vientre.
- ¡Ha sido el tiempo suficiente para hacer un bebé! Y ¿cómo están tus niñas?
- La peque está estupenda, siempre creciendo… y Ainhoa ya puede hacerte compañía, ¿eh?
- ¿Hacerme compañía? Lo veo que hay mucho que contar…
- Eso es… y ¿por qué no nos subimos y nos ponemos los temas actualizados?
- Buena idea…
La cara de Marisol era de mucha intriga y de entusiasmo. Se notaba la alegría por encontrarnos de nuevo y de poder contarnos todas las novedades.
- ¡Pero qué visita tan agradable! – las dos se funden en un abrazo muy tierno. Se lo parecen dos hermanas, sin duda ninguna, su complicidad, amistad y felicidad de estar juntas es algo muy bonito. A ver si esta agradable visita de Mari pueda dar más fuerza a Ainhoa. Aunque no lo demuestre mucho, lo sé que está muy preocupada con el embarazo y no quiere que termine de la misma forma que el otro.
- ¡Tita Marisol! – la peque corre desde su habitación hasta el salón con una sonrisa de oreja a oreja. Se tiró para sus brazos.
- Estás más crecida, princesa… ¡y cada vez más guapa!
- Oye, ¿tú también estás embarazada como mamá?
- ¿En serio?
- Sí… verás que será una niña, así podrá jugar conmigo…
- ¡Tanto tiempo ha pasado y no me dices que ya estás así tan guapa, Mari! – afirmaba Ainhoa haciendo un esfuerzo tremendo para mantenerse de pie.
- Venga… no te enfades conmigo, Ainhoa… ¿y tú? ¿Cómo va ese embarazo?
- Es muy reciente, hermanita… es reciente y un poco peligroso…
- Solo espero que todo salga bien… ¡y lo sabes que quiero ser la madrina de esa Ainhoa pequeñita o de ese Pablito que está llegando!
- No me lo negó… ¡no quiero correr el riesgo de verte cabreada! Ven, siéntate, que tenemos mucho que hablar…

Narra Ainhoa
Ya a solas con Marisol, las confesiones empiezan a salir sin parar. Desde que nos conocemos que esto se sucede. Nos apoyamos a las dos para tomar muchas decisiones y para pedir opiniones cuando los dilemas toman cuenta de todos los pensamientos.
- Lo veo que existen muchas cositas pasando por tu cabeza, Ainhoa…
- Es verdad… no lo sé cómo a veces me aguanto tan bien… primeramente dejar mi trabajo me costó un montón y después vino mi padre con aquella terrible enfermedad y ahora… ¡ahora no puedo hacer nada! ¡Me siento tan inútil! – entre sollozos y unos cuantos intentos para controlarme, las lágrimas se me saltan.
- Nena, tu eres fuerte… - me abraza – Lo sabes que tienes quién te apoya y quién estará siempre a tu lado…
- Eso lo sé, Marisol… pero los sentimientos son míos y quién los siente son yo…
- Es verdad… pero por favor, dime que sigues durmiendo y estando normal… lo sabes cómo has estado hace unos años…
- Me encantaría poder decirte que sigo durmiendo normal… ya son muchas las noches en las que me la paso llorando y pensando, pensando… pero luego Pablo se da cuenta de que no estoy en la cama y…
- … y luego trata de llevarte a la cama y qué bien qué hace… - me interrumpe - … lo bueno es que tienes a alguien que te cuida y eso me deja más tranquila… no lo sabes lo cuanto me encanta veros juntos, ¡me da una felicidad maravillosa, hermanita!

No hay comentarios:

Publicar un comentario