Narra
Pablo
“Good
afternoon, ladies and gentlemen. Welcome to the city of Los Angeles,
it's 8 o'clock p.m.,local time, and we expected that you had a great
trip. We will start landing in less than five minutes, please put
your seat belts, switch off all your electronic devices
and stay sitting. Thanks for your preference and we hope to see you
soon flying with us. Thank You.”
-
Mamá, yo entiendo muy poquito... ella ha dicho “buenas tardes”,
eso lo sé...
-
Sí, mi amor... - le responde Ainhoa - … verás que en un par de
día estarás hablando el inglés perfectamente...
-
I don't know... (no lo sé...)... queda mucho para llegar?
-
No... - le respondo - … nos vamos a aterrizar en unos minutos.
Pronto ya estarás libre del avión!
-
Puf... qué bien! Es que ya estoy harta de dormir, harta de este
ruído raro y de estas señoritas que caminan de un lado al otro con
eses carritos de té parecidos a lo que tengo para jugar...
Las
confesiones de la niña envolvían en risas a mí y a Ainhoa. Era su
primer viaje de avión y luego tuve que aguantarse uno vuelo de 12
horas.
La
ciudad de Los Ángeles no era una novedad ni para mí ni para Ainhoa,
pero para la peque, todo parecía salido de las tantas peliculas que
había visto. Muchos locales los reconocía como siendo de los de una
pelicula o de otra y en todo el camino hacía casa, sus espantos
tomaban el aire y nos ponían con una sonrisa de oreja a oreja en
verla tan feliz, sonriendo y soñando despierta.
El
coche para, salimos y la noche empezaba a llenar el cielo de
estrellas y una pantalla negra, algo muy precioso mezclado con el
aire muy caliente que se hacía sentir.
Era
la casa más discreta de aquella calle que tenía una vista fabulosa
para toda la ciudad y en el horizonte, de forma muy artística, el
mar para el deleite de todos. Todo junto era la receta perfecta para
un hogar tranquilo, el mismo que estaba poniendo a la peque en
éxtasis y nosotros sin saber el por qué.
-
Papá, recoge las maletas rápido!
-
Qué pasa?
-
Yo quiero entrar en la casa!
-
Qué pasa con ella qué desde que llegó no para ni tan solo un
segundo? - pregunto a Ainhoa.
-
No lo sé... todavía no he comprendido qué quiere ella...
Para
felicidad de la peque, yo abro el portón gris y luego trata de
correr hacía un árbol que estaba en el jardin de la casa.
-
Mira, mamá! Es una casa en el árbol!
-
Por eso estabas tan enérgica eh!!
Nos
acercamos al árbol y, de hecho, allí estaba una pequeñita casa
hecha de madera, otra cosa más que parecía salida de una pelicula.
Con cuidado ella sube y el problema fue hacer con que saliese de
allí.
-
Bájate, cariño, tenemos todos que descansar... - le digo.
-
No... yo voy a dormirme aquí...
-
Es mejor que te bajes... sino vendrá un bichito a comerte!
-
Aquí no entran bichitos...
Sin
embargo, Ainhoa tira una capa roja, igual a los tantos super héroes
que llenan nuestra niñez de magía y luego me hace una propuesta:
-
Vístete de héroe y ven a salvarme, papá... no puedo bajar sola!
-
Vaya imaginación que tiene la niña... - comenta Ainhoa para mí.
Sabiendo
que la única solución sería vestir la capa y subirme a la casa, la
visto y luego encarno un personaje de héroe y me subo.
-
Ahora la señorita puede bajarse o no? - bromeo.
-
Sí... pero tiene que ser en tus brazos...
-
Venga...
El
capitulo “Los Ángeles” se escribía con un comienzo perfecto.
Esto promete mucho, lo estoy sintiendo a cada segundo, la ciudad nos
va a regalar con un montón de cosas buenas en la vida y toda esta
aventura será algo a recordar para una vida entera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario