Narra
Ainhoa
Se
encedía una luz y luego comienza a sonar una canción. Nunca la
había escuchado, pero la melodía me estaba encantando de una forma
como ninguna hizo antes. Era el piano tocado de una forma muy pura,
estaba tocando mi sensibilidad y cuanto la voz de Pablo se hace
escuchar, se me saltan las lagrimas por completo.
“Qué
intenso es esto del amor,
Qué garra tiene el corazón, sí...
Jamás pensé que sucediera así.
Bendita toda conexión
Entre tu alma y mi voz, sí...
Jamás creí que me iba a suceder a mí.
Por fin lo puedo sentir,
Te conozco y te reconozco que por fin
Sé lo que es vivir
Con un suspiro en el pecho,
Con cosquillas por dentro...
Y por fin sé por qué estoy así...”
Qué garra tiene el corazón, sí...
Jamás pensé que sucediera así.
Bendita toda conexión
Entre tu alma y mi voz, sí...
Jamás creí que me iba a suceder a mí.
Por fin lo puedo sentir,
Te conozco y te reconozco que por fin
Sé lo que es vivir
Con un suspiro en el pecho,
Con cosquillas por dentro...
Y por fin sé por qué estoy así...”
Pablo
salía de un rincón del escenario, Ainhoa desaparecía sin saber
cómo y yo allí, parada, empapada en los ojos hasta las trancas,
escuchando lo que seguramente sería una de las canciones de su nuevo
disco. La cantaba sin quitarse la mirada en mí, me sonreía, vestido
igual al día en que lo conocí: camiseta blanca, vaqueros y
zapatillas azules.
No
lo sabía para
qué
sería semejante espectáculo que me estaba agotando todo el agua que
tenía. Se me dolían los ojos de tantas lagrimas, lagrimas esas que
eran
de felicidad, de orgullo y de sorpresa, lagrimas que saltaban sin
control.
“Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era...
Y entregaría mi voz a cambio de una vida entera.
Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno,
Pero tu piel y mi piel pueden detener el tiempo... oh...”
“Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era...
Y entregaría mi voz a cambio de una vida entera.
Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno,
Pero tu piel y mi piel pueden detener el tiempo... oh...”
A
poco y poco se acercaba a mí, hasta que nos quedamos cara a cara,
con su mano acariciando mis mejillas y yo sintiendo un escalofrío
único. Limpaba mis lagrimas con una sonrisa, con una caricia y
llenaba mi corazón con su voz angelical en esta canción que tenía
todo de perfecto.
“No he parado de pensar
Hasta dónde soy capaz de llegar,
Ya que mi vida está en tus manos y en tu boca.
Me he convertido en lo que nunca imaginé,
Has dividido en dos mi alma y mi ser,
Porque una parte va contigo aunque a veces no lo sepas ver.
Por fin lo puedo sentir,
Te conozco y te reconozco que por fin
Sé lo que es vivir
Con un suspiro en el pecho,
Con cosquillas por dentro...
Y por fin sé por qué estoy así.
Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era...
Y entregaría mi voz a cambio de una vida entera.
Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno,
Pero tu piel y mi piel pueden detener el tiempo... oh...
Mejor de lo que era...
Aquí nada es eterno...”
“No he parado de pensar
Hasta dónde soy capaz de llegar,
Ya que mi vida está en tus manos y en tu boca.
Me he convertido en lo que nunca imaginé,
Has dividido en dos mi alma y mi ser,
Porque una parte va contigo aunque a veces no lo sepas ver.
Por fin lo puedo sentir,
Te conozco y te reconozco que por fin
Sé lo que es vivir
Con un suspiro en el pecho,
Con cosquillas por dentro...
Y por fin sé por qué estoy así.
Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era...
Y entregaría mi voz a cambio de una vida entera.
Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno,
Pero tu piel y mi piel pueden detener el tiempo... oh...
Mejor de lo que era...
Aquí nada es eterno...”
Terminaba
la canción y luego lo abracé con toda la fuerza que tenía. El
orgullo por él era más que mucho y me preguntaba el porqué de
semejante escena que tanto me emocionó:
-
Esta es la primera canción del disco... - me susurraba mientras me
abrazaba - … y es totalmente tuya...
-
Dios mío, que me has hecho agotar las
lagrimas, mi amor... - le contesto - … no necesitabas de hacer algo
sí para enseñarmela...
-
Lo sé, pero lo mereces...
-
Que va... yo me pregunto qué hizo yo en la vida para merecerte, eh?
-
Eso lo pregunto yo todos los días... - me dice bajito.
-
Yo no lo sé lo que ha sucedido, pero todo el mundo que por aquí
estaba desapareció... hasta nuestra princesita...
-
Pues eso... - Pablo empieza a balbucear de una forma muy rara, pero
tan rara que jamás lo había visto así - … pues nadie
desapareció...
-
Cómo no? Estás viendo a alguien más que no sea tu y yo por aquí?
-
Bueno... es mejor que mires muy bien...
Del
escenario totalmente sin luces comienzan a aparecer unas pequeñas
luces. Eran muy pequeñas, que empezaban a juntarse de forma muy
sincronizada y Pablo desaparece por un rato. Parecía que estaba
envuelta en magia, todo el mundo desaparecía y volvía a aparecer y
yo allí, mirando todo aquello con la mayor de las sorpresas que no
lo estaba esperando a nada de lo que estaba sucediendo.
Aparecía
a la peque, con una cajita encima del escenario, junto a todo el
equipo que estaba puesto de manera ordenada, todos con camisetas
blancas, muy serios. Empezó a sonar otra canción desconocida para
mi, con una letra que tenía todo de raro:
“Que
importa si somos dos locos
Si lo que llega es aún mejor
Solo quiero vivir en tí, amor
Nos queda mucho por vivir
Hay tantas cosas que decir
Y hoy es el día, sí
Voy a preguntarte lo que tanto deseo
Que es para el presente y para el futuro
Solo tendrás decir que sí, o tal vez decir que no
Si lo que llega es aún mejor
Solo quiero vivir en tí, amor
Nos queda mucho por vivir
Hay tantas cosas que decir
Y hoy es el día, sí
Voy a preguntarte lo que tanto deseo
Que es para el presente y para el futuro
Solo tendrás decir que sí, o tal vez decir que no
No
me importa la respuesta
Y hoy me he levantado pensando en esta pregunta
Buscando mil fuerzas para aguantar todo esto
Que nadie nos reproche que lo he intentado
Por eso te pregunto
Si
vas a hacerme un hombre casado...”
Todos
se giran y en sus camisetas aparecía el “Cásate conmigo” más
bonito de mi vida. El primero, el único, el que jamás me lo había
pasado por la cabeza y que en aquel momento me quitaba todas las
reacciones y palabras que podía soltar. Abro los ojos de par en par
para asegurarme de que no estaba soñando, que todo esta escena muy
pensada había salido de una pelicula para mí.
-
Di algo mamá! - contestaba la niña abriendo la caja.
Yo
temblaba y nada me salía. Todavía estaba enterándome de todo lo
que había pasado en tan pocos minutos y solo temblaba al pensar.
Aquello que siempre había dicho que jamás lo haría, ha venido para
hacerme tomar una decisión, de las dificiles, por cierto. Debería
yo continuar con el “no” o por fin cambiar para un “sí”
gigante?
No hay comentarios:
Publicar un comentario