Narra
Ainhoa
Nada
es mejor que despertarse al natural con los primeros rayos de sol
entrando por la ventana, que hacen con que te levantes todavía en
pijama y mires el bonito paisaje que tienes desde tu habitación.
Pablo
seguía durmiendo como una roca, como siempre se sucede todos los
días. Sin saber explicar muy bien, digo que me encanta verlo así,
envuelto en un sueño tan profundo que ni una bomba explotando junto
a él lo haría despertarse. En el balcón de la habitación me fui y
por alli me quedé unos largos minutos, disfrutando del paisaje único
que ahora podía ver todos los días.
Pensaba
en todo lo que ha sucedido y ahora me veo en una ciudad que siempre
me hizo mucha ilusión y que era la segunda vez por aquí, ahora por
mucho más tiempo, en otra situación, todo mejor que en mi primer
visita.
Perdía
la noción del tiempo en aquel balcón que parecía tener magía, me
perdía por entre una buena vista, un buen aire y una paz con una
pizca de satisfación por estar en un lugar de que estaba segura que
iba a regalarme con mucha cosa buena. Lo necesitaba, todo este cambio
de aire me estaba renovando como hace algún tiempo no lo había
hecho.
Sin
embargo pierdo toda aquella vista, con sus manos tan suaves cubriendo
mis ojos y de una luz tan bonita empezaba a ver todo muy negro, a
sentir aquel olor que conozco perfectamente y sus labios acercándose
cada vez más a mi de forma mágica.
-
Buenos días, señorita que me deja abandonado en la cama... - me
susurra.
-
A ver si no me equivoco... te has despertado inspirado, verdad?
Justo
en este momento, sus brazos aprisionan mi cintura y mi respiración
se corta por uns largos segundos. Me estaba sucedendo algo en aquel
momento, que aquel buenos días me parecía distinto, más especial
que los demás que me lo ha dado.
-
Lo sabes que sí... lo sabes que alteras mis alas...
-
Pablo Moreno... no me está gustando nada esta conversación... -
bromeo.
-
Cómo no? Sin ti yo me pierdo, sin ti me vuelvo veneno... - me decía
- … no entiendo el despertar sin un besos de esos, sin tu aliento
en mi cuello... - me roba un beso tan inspirado que yo terminé
rendida a sus labios cálidos, que me tienen adicta de una manera que
nada más puede ser igual.
-
Me huele...
-
Te huele a qué?
-
Me huele a una canción... dime que lo que has dicho son versos de
una canción que estará en tu disco?
-
Pues... - balbucea - … no lo sé... a ver si puedes descubrir...
-
Me vas a dejar con la intriga?
-
Te vas al estudio y luego lo sabes...
-
Eres terrible! - le doy un beso.
-
Terrible?!? Pero a tí te gusta, eh!!!
-
Pues... me gusta un poco...
-
Solo un poco?
-
Un poco con el tamaño del universo, sabes?
Él
suelta una carcajada tan hermosa que me perdí de amores. Me quedé
perdida de verdad, tan perdida como una niña en una tienda de
muñecas, sin saber por dónde caminar, cómo reaccionar, qué decir
o simplemente para que lado mirar en primer lugar.
Me
concentré en su mirada y me encontré en pocos segundos. Solo una
persona tiene el poder de llegar a tu vida, darle un nuevo rumbo que
jamás lo pierdes. Si lo encuentras, tienes destino, perteneces a
algo. Hace con que te pierdas y te encuentras en una sintonía
perfecta, tan perfecta que a veces te crees que estás soñando, que
te vas a despertar y todo vaya acabar. No es así, es un sueño real,
un despertar que no se sucede, una certeza y, sobre todas las cosas,
un sentimiento.
Qué
intenso es esto del amor eh!!! Jamás creí que iba a suceder a mí
semejante sentimiento intenso... y lo digo con todo el corazón.
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