Narra
Pablo
(FLASHBACK)
Ocho
de la mañana y este era el primer día del comienzo de una rutina.
Era el primer día de trabajo de Ainhoa y esto decía que la peque
tendría que enfrentar la realidad de estar algunas horas junto a
quién ella dice no saber estar lejos.
-
Mamá, tienes que irte, de verdad? - preguntaba la rubita justo en el
momento en que Ainhoa estaba lista a abrirse la puerta.
-
Sí, princesita... - se pone en cuclillas - … pero verás que las
horas van a pasarse tan rápido que ni vas a darte cuenta de que
estuve lejos, mi vida...
-
Yo quería que estuvieses conmigo... - comenta cabizbaja.
-
Lo sé, Ainhoa... a mi también, pero tiene que ser así...
-
... yo te espero...
-
Pues... es para comportarse bien, eh? Que una princesa no puede hacer
cositas malas!
Se
notaba la nostalgia entre las dos y los ojos de Ainhoa lo decían de
verdad de que toda aquella escena estaba haciendo de las situaciones
más complicadas que tenía que confrontarse.
(Carta
escrita por Ainhoa)
“Querida
abuelita María,
Hoy
te eché de menos más que en los otros días. Por eso mismo que te
estoy escribiendo, que tengo la esperanza de que estés leyendo esto
que te escribo con la mayor nostalgia de que puedas imaginar.
Te
recuerdas de aquel día en que me has dicho en que a veces el mundo
parece que te da la espalda y no deja hacer lo que quieres? Te
recuerdas que estábamos charlando en el jardín de tu bonita casa
días después del abuelo José haber partido para otro mundo?
Lo
sé que te recuerdas y te lo digo que yo en tantos años, nunca
comprendí el verdadero sentido de tu sentimiento hasta hoy.
El
mundo me ha dado la espalda porque no veo otra justificación posible
para lo que está sucediendo. Pensaba yo que volvería a mi trabajo
en paz y poco iba a cambiar. Me equivoqué tanto que me siento
ignorante cuanto a lo que puede pasar en la vida.
Mi
trabajo está poniendo mi persona 24 horas en un complejo turístico
y sin oportunidad para volver ni tan solo por una hora a casa. Estoy
ahogada en papeles que deberían estar tratados y no están por haber
estado lejos.
Son
ordenes que me dan, quieren esto listo en dos días y quieren que sea
el lider de algo que no es mío de verdad. Me pagan para dormir 4
horas en casa. El tiempo está valiendo mucho dinero y no están
teniendo en atención de que tengo vida.
Una
parte de la culpa es mía porque me rendí a esto, pero lo sabes
perfectamente que decir “no” es de las cosas más dificiles que
puedo hacer. Lo sabes las veces que he sacrificado parte de mí para
ayudar a los demás.
Ya
no lo sé cómo debo seguir adelante. He parado en la carretera de la
vida y estoy sin información para dar un paso. El caos se ha
instalado, abu y lo sé que estás viendo eso.
Mi
padre tiene aquella maldita enfermedad y las previsiones no son las
mejores. No tengo oportunidad de ver al hombre que quiero y a la hija
que amo más que a mi misma pues el trabajo no me deja.
Quizás
debería por fin dejar todo esto, pero no soy una persona que está
bien sin hacer nada y tu lo sabes perfectamente. Tu siempre me lo has
dicho que para mí “parar es morirse a poco y poco” y estoy de
acuerdo contigo.
Tengo
miedo, mucho miedo de que esta falta de tiempo para la família sea
la causa para muy malas consecuencias.
Sé
que me miras desde ese lugar dónde estás. Sé que a veces te
desiludes con mis decisiones, pero que estás feliz al verme feliz.
Siempre fuiste como una madre para mí y si pudiera, jamás iba a
permitir que salieses de mi vida porque mejor consejera que tú yo
nunca encontré.
No
soy la persona más religiosa de este mundo, pero me lo creo que
debería orar para que nada termine mal entre mí y Pablo, ni
siquiera con Ainhoa.
Es
imposible de no estar escribiendo en mi diario sin saltarme las
lagrimas. Este es el objecto que guarda mis mayores alegrías y mis
mayores tristezas. Muchas de las páginas son tuyas porque el anhelo
es mucho. Ya son más de seis años sin ti... cómo yo aguanto tanto?
Lo
sé que eres un ángel y por eso mismo te lo pido que protejas a los
dos mientras esto se termina. Esta falta de tiempo es pasajera y
mientras tanto, confío la protección a tí.
Con
amor y anhelo a tí,
De
tu Ainhi...”
FLASHBACK
Narra
Pablo
Toda
esta situación no me está gustando en nada. Ainhoa llega del
trabajo a la hora en que Ainhoa ya se duerme profundamente y las dos
hablan un par de minutos por la mañana cuando ella ya sale corriendo
para el trabajo, con el móvil sin parar de sonar.
Pero
qué vida es esta la que seguimos llevando? No es esto que quiero
para los tres y permitir que Ainhoa se quede sin ver a sus padres por
tanto tiempo en un día, jamás ha estado en mis planes.
Es
una situación que me lleva a la exaustión. Después de una semana y
media en esta constante corrida, en breves minutos de conversación y
de pasar noches casi enteras sin ella en la cama, me hace poner un
punto final. Cabezota como es, la solución es ponerla con el poder
de decisión en sus manos de la manera menos cómoda. Por mucho que
me cueste y que sea un sacrificio total hacerme de enfadado hasta las
trancas, tiene que ser.
El
despertador vuelve a sonar a las 7:35, como todos los días. Ya
estaba despierto, había pasado la noche entera pensando en una
manera de poner ese punto final sin hacerle daño. Estaba de espaldas
a ella y Ainhoa se levanta a una velocidad fugaz, pero con el cuidado
de no hacer ni tan solo un ruido porque es cierto que pensaba que
todavía estaba durmiendo ya que no me movía.
Sin
embargo se escucha el agua de la ducha y en una cuestión de minutos
las puertas del armario ya emitían su sonido al abrirse y cerrarse.
En menos de quince minutos, Ainhoa ya se encontraba totalmente
vestida y lista para seguir para el desayuno.
En
pijama me levanto mientras ella estaba entretenida al eligir qué
pendientes iba a poner, me voy hacía la cocina y comienzo a preparar
el desayuno.
-
Buenos días, cariño... - me saluda con un beso en la mejilla.
-
Buenos días... - respondo con una sonrisa.
-
Oye, no necesitas de hacer el pan tostado para mí que yo tendré que
salir corriendo...
De
nuevo escuchaba aquel “corriendo” y, en esta vez, me lo había
caído muy mal dentro de mí. No podía permitir que esto se quedase
así y, con el sacrificio, se suelta mi voz:
-
Madre mía, pero esto vaya ser así?
(Fin
del flashback)
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