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jueves, 16 de octubre de 2014

7. Una madre, una hija y un dilema

Narra Ainhoa
- Todavía no me lo creo en que lo has hecho...
- Porqué? Te crees que no soy capaz?
- Bueno... es que tu modo de vida...
- Mamá, que pares un poco! - le interrumpo – Si vienes una vez más con esa puta conversación, yo...
- Qué quieres que te lo diga, Ainhoa? - me interrumpe ya con los nervios a la flor de la piel – Qué quieres que te lo diga? Cómo puedo yo concordar con algo más? Será que para tí es así tan dificil estar un poquito de acuerdo con la normalidad?
- Pero yo he cometido algún crimen?
- No, pero un día podrás hacerlo... y quién vaya salir prejudicado serás tu y la niña!
- En serio? - me estaba cabreando como nunca lo había hecho con mi madre. Ya estaba de pelos en punta con ella, sus palabras me estaban cayendo muy mal.
- Si todo esto no tuviere resultados... si tu relación con Pablo terminar, te vas a perder más de lo que estás pensando y tu estás en riesgo de eso!
- En riesgo? Solo por que no estoy casada? Pero lo estás diciendo en serio? Mamá, no es un matrimonio que vaya hacer con que esto no se termine, joder!
- Es diferente, Ainhoa!
- Es diferente? En serio... yo no entiendo nada, te lo digo...
- Porqué?
- Cuando Sofía se fue a vivir con su novio para Barcelona, tu le has dicho con todas estas palabras “no es una alianza que vaya determinar la duración de tu relación... tranquila, hija, lo que importa es que seas feliz...”.... y ahora que soy yo, tu hija, me lo dices esto?
- No intentes comparar lo incomparable!
- Qué tiene de diferente mi situación con la de ella? Eh?
- Tu lo sabes... que tu tienes una pareja que tiene dos vidas, la privada y la pública, que todo el mundo la sabe... y las dos ya se han mezclado un poco cuando él lo ha admitido publicamente que tenía novia! Tu eres tonta? Será que no estás viendo en los problemas que podrás tener?
- Tonta una hostia, mamá! El problema es que te cuesta invertir los papeles... imagináte que eras yo... imaginálo...
- No vale la pena... eres la misma cabezota de siempre, nunca has cambiado!
- Qué bien que no he cambiado, te lo digo! Que si no fuise tan cabezota, es cierto que hoy mismo no tendría la vida que tengo... seguro que estaría viviendo como tu y papá siempre habéis imaginado... me cuesta decirlo, pero por veces, me gustaría que tuvieses otra hija...
- Cómo te atreves a decirlo?
- Me atrevo sí, mamá... cuantas fueron las veces que me has apoyado? Cuantas veces tu y papá habéis dicho a mí “estamos de acuerdo”... cuando me fui para la universidad, no teníamos acuerdo... me fui para Madrid y otra discusión más se fundó... me lo creo que solo cuando tuve aquella puta relación es que pude escuchar “estamos de acuerdo”, solo por que él era tal y cual cómo imaginabas! Me gustaría que tuvieséis una hija que hiciese las cosas más de acuerdo con vuestra opinión... lo siento, pero yo no soy esa persona...
- Es impresionante como...
- Lo sé, mamá... - le contesto ya entre lagrimas – Te digo algo más para cerrar la conversación: si es verdad que te quedas feliz por ver tus hijos felices... entonces deberías estar explotando de alegría... los chicos se lo llevan estupendamente y yo estoy maravillosa con mi vida!
- Me encantaría saber que sería así... pero no lo será...
- Por qué desconfías tanto? Quién vaya hacerse daño seré yo... tu ya tienes tu vida hecha, ahora solo queda vivirla más y más...
- Qué importa tener la vida hecha? Qué importa saber que tu padre se va a jubilar?
- Qué importa? Importa mucho, más de lo que estás pensando! Habéis arrohado tanto para regalar todo el dinero a mí y a ellos? Y vosotros? Ya no tenéis vida propria?
- Ya estamos viejos, Ainhoa... ya no tenemos edad para andar por ahí corriendo medio mundo...
- No me lo creo en lo que estás diciendo! Cómo no, mujer? Madre mía, toma el puto dinero y viaja! Aprovecha al máximo la maravilla de casa que tienes en Barcelona! Haz una visita a tu ahijado en Nueva York! Tienes tanto que hacer, tanto para disfrutar!
- Y vosotros? Os dejamos solos?
- Mamá... ya nadie tiene diez años... cada uno siguió con su vida, así como tu y papá lo hicistéis cuando os casastes...
- Yo no me lo veo haciendo todo eso... es imposible... no lo sé, es dificil...
- Que no, que no lo es... quieres morirte con esta vida así?
- Así como?
- Como está ahora... has trabajado como enfermera por tantos años, te has casado con un general, has tenido tres hijos... tus vacaciones siempre las pasaste en Barcelona, te fuiste una vez a Ginebra, otra a París y por veces haces una visita a Madrid... es así que quieres morirte? Una mujer tan llena de energía con una vida así? Personas como tu y con menos dinero tienen una vida más interesante que la tuya!
Se calló por un rato, absorviendo cada palabra que le había dicho. Las dos en el balcón, con vista para la maravillosa Madrid, aprovechando el sol que había decidido venir por unas horas tras largos días de lluvia y frío. 

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