Narra
Ainhoa
-
Todavía no me lo creo en que lo has hecho...
-
Porqué? Te crees que no soy capaz?
-
Bueno... es que tu modo de vida...
-
Mamá, que pares un poco! - le interrumpo – Si vienes una vez más
con esa puta conversación, yo...
-
Qué quieres que te lo diga, Ainhoa? - me interrumpe ya con los
nervios a la flor de la piel – Qué quieres que te lo diga? Cómo
puedo yo concordar con algo más? Será que para tí es así tan
dificil estar un poquito de acuerdo con la normalidad?
-
Pero yo he cometido algún crimen?
-
No, pero un día podrás hacerlo... y quién vaya salir prejudicado
serás tu y la niña!
-
En serio? - me estaba cabreando como nunca lo había hecho con mi
madre. Ya estaba de pelos en punta con ella, sus palabras me estaban
cayendo muy mal.
-
Si todo esto no tuviere resultados... si tu relación con Pablo
terminar, te vas a perder más de lo que estás pensando y tu estás
en riesgo de eso!
-
En riesgo? Solo por que no estoy casada? Pero lo estás diciendo en
serio? Mamá, no es un matrimonio que vaya hacer con que esto no se
termine, joder!
-
Es diferente, Ainhoa!
-
Es diferente? En serio... yo no entiendo nada, te lo digo...
-
Porqué?
-
Cuando Sofía se fue a vivir con su novio para Barcelona, tu le has
dicho con todas estas palabras “no es una alianza que vaya
determinar la duración de tu relación... tranquila, hija, lo que
importa es que seas feliz...”.... y ahora que soy yo, tu hija, me
lo dices esto?
-
No intentes comparar lo incomparable!
-
Qué tiene de diferente mi situación con la de ella? Eh?
-
Tu lo sabes... que tu tienes una pareja que tiene dos vidas, la
privada y la pública, que todo el mundo la sabe... y las dos ya se
han mezclado un poco cuando él lo ha admitido publicamente que tenía
novia! Tu eres tonta? Será que no estás viendo en los problemas que
podrás tener?
-
Tonta una hostia, mamá! El problema es que te cuesta invertir los
papeles... imagináte que eras yo... imaginálo...
-
No vale la pena... eres la misma cabezota de siempre, nunca has
cambiado!
-
Qué bien que no he cambiado, te lo digo! Que si no fuise tan
cabezota, es cierto que hoy mismo no tendría la vida que tengo...
seguro que estaría viviendo como tu y papá siempre habéis
imaginado... me cuesta decirlo, pero por veces, me gustaría que
tuvieses otra hija...
-
Cómo te atreves a decirlo?
-
Me atrevo sí, mamá... cuantas fueron las veces que me has apoyado?
Cuantas veces tu y papá habéis dicho a mí “estamos de
acuerdo”... cuando me fui para la universidad, no teníamos
acuerdo... me fui para Madrid y otra discusión más se fundó... me
lo creo que solo cuando tuve aquella puta relación es que pude
escuchar “estamos de acuerdo”, solo por que él era tal y cual
cómo imaginabas! Me gustaría que tuvieséis una hija que hiciese
las cosas más de acuerdo con vuestra opinión... lo siento, pero yo
no soy esa persona...
-
Es impresionante como...
-
Lo sé, mamá... - le contesto ya entre lagrimas – Te digo algo más
para cerrar la conversación: si es verdad que te quedas feliz por
ver tus hijos felices... entonces deberías estar explotando de
alegría... los chicos se lo llevan estupendamente y yo estoy
maravillosa con mi vida!
-
Me encantaría saber que sería así... pero no lo será...
-
Por qué desconfías tanto? Quién vaya hacerse daño seré yo... tu
ya tienes tu vida hecha, ahora solo queda vivirla más y más...
-
Qué importa tener la vida hecha? Qué importa saber que tu padre se
va a jubilar?
-
Qué importa? Importa mucho, más de lo que estás pensando! Habéis
arrohado tanto para regalar todo el dinero a mí y a ellos? Y
vosotros? Ya no tenéis vida propria?
-
Ya estamos viejos, Ainhoa... ya no tenemos edad para andar por ahí
corriendo medio mundo...
-
No me lo creo en lo que estás diciendo! Cómo no, mujer? Madre mía,
toma el puto dinero y viaja! Aprovecha al máximo la maravilla de
casa que tienes en Barcelona! Haz una visita a tu ahijado en Nueva
York! Tienes tanto que hacer, tanto para disfrutar!
-
Y vosotros? Os dejamos solos?
-
Mamá... ya nadie tiene diez años... cada uno siguió con su vida,
así como tu y papá lo hicistéis cuando os casastes...
-
Yo no me lo veo haciendo todo eso... es imposible... no lo sé, es
dificil...
-
Que no, que no lo es... quieres morirte con esta vida así?
-
Así como?
-
Como está ahora... has trabajado como enfermera por tantos años, te
has casado con un general, has tenido tres hijos... tus vacaciones
siempre las pasaste en Barcelona, te fuiste una vez a Ginebra, otra a
París y por veces haces una visita a Madrid... es así que quieres
morirte? Una mujer tan llena de energía con una vida así? Personas
como tu y con menos dinero tienen una vida más interesante que la
tuya!
Se
calló por un rato, absorviendo cada palabra que le había dicho. Las
dos en el balcón, con vista para la maravillosa Madrid, aprovechando
el sol que había decidido venir por unas horas tras largos días de
lluvia y frío.
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