Narra
Pablo
Comparando
con la mala impresión de la que tenía Enrique sobre mí, ahora todo
parecía irreal. Estábamos los dos en el jardín de la casa mientras
los pájaros que pasaban volando era la introdución a una larga
conversación.
De
hecho, Enrique sabe mucho sobre estes animales y se puso contando mil
y uno episodios de la infancia de Ainhoa y de sus hermanos, que os
recuerda con un increíble brillo en los ojos. Lo que más marca todo
esto es el arrepentimiento que siente por no haber sido un padre más
presente en algunos momentos importantes:
-
He pasado muy buenos momentos con la familia... pero lo sé que todo
podía ser mejor, si yo no tuviese el puesto que tenía... aunque
todo el mundo piense que un general no haz nada, la verdad es que
somos muy ocupados y jamás podemos dejar el trabajo... pero bueno,
ya no se puede hacer nada, ya todos son adultos, cada uno siguió con
su vida...
-
Lo aseguro que no es el único padre diciendo esto... lo mío dice
igual y muchos más también...
-
Nunca estamos satisfechos... pero bueno, lo mejor es que mis tres
hijos están logrando en la vida y no se han caminado por malos
caminos... por lo menos tengo la tranquilidad de haber dado una buena
educación... aunque tuviese mucho miedo de Ainhoa...
-
Por qué? - pregunto muy curioso.
-
Ella era loca por Luis... sabes de esas relaciones que parecen que
serán para una vida entera? Pues los dos parecían tener una
relación así y cuando rompieron todo, Ainhoa estuve muy cerca de
una depresión profunda...
Yo
no respondía nada. Me puso escuchando todo aquel pasado que, aunque
lo sepa, los detalles son desconocidos para mí. A ella le cuesta
mucho hablar de eso momento de su vida y no también no hago presión
para saber más.
-
La solución que ha adoptado fue de alejarse del mundo... no ha sido
fácil, he perdido la cabeza algunas veces y yo y ella hemos tenido
discusiones muy feas... - miraba las flores y el árbol muy pensativo
- ...por suerte eso ha cambiado y fue justo cuando se fue para
Málaga... has sido lo mejor que le podría aparecer en su vida y te
estoy diciendo esto con toda la sinceridad...
Sus
palabras me dejaban sin saber lo que contestar. No tenía la idea de
que al final Ainhoa peor de lo que yo imaginaba.
-
Yo tuve mucho miedo, Pablo... - me lo confesaba - … tuve miedo
cuando descubrí de que eras tu quién estaba dejando a Ainhoa más
feliz... he pensado lo peor y hasta me llegaron muy malas ideas...
por suerte, algo en mí me lo decía de que no querías hacerle daño
sino... sino yo ya había hecho a tí... había hecho algo... y hablo
de algo serio...
-
Jamás me ha pasado por la cabeza hacerle daño, Enrique... - le
respondo - … cómo podría yo hacer daño a alguien que me dejaba
feliz, que me daba un nuevo sentido a la vida? Imposible...
-
Sabes... tu actitud me hace recordar a alguien...
-
En serio? A quién?
-
A mí... yo también era así cuando conocí a Pilar... cuando se
quiere de verdad, se protege y se cuida... y sabes perfectamente a
dónde quiero llegar... hasta ahora tengo muy buenas impresiones
sobre tí, solo espero que en el futuro sean todavía mejores que las
de ahora...
-
En eso puede estar muy tranquilo... de mi parte solo haré lo mejor
para ella y para la peque, las protegeré siempre más que a mi
mismo...
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