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lunes, 30 de junio de 2014

14. Cuando una noticia es tu peor pesadilla

Narra Pablo
Entre las noticias de la crisis, de polémicas en lo gobierno y de guerras entre países, surge una noticia así bien fresquita, pero nada bonita.
- Y esta mañana un coche conducido a alta velocidad pierde el control y choca con otro que venía en el sentido contrario... - relata la periodista - … el resultado fue un herido ligero, el conductor que seguía en alta velocidad y un herido grave, la mujer que seguía en el otro coche. El accidente ocurrió en una carretera de León... - mi padre y Casilda paran por un rato y yo también. Creo que todos preguntamos lo mismo: será que es Ainhoa?
Las imágenes demuestran dos coches totalmente destruidos, los bomberos muy aflictivos intentando quitar uno de los conductores, ambulancias sonando sin parar, las imágenes dan miedo.
- Espero que la mujer no sea Ainhoa... - dice mi padre mientras escucha la tele.
Siento algo extraño, como si estuviesen apretando mi corazón. Estoy preocupado, necesito saber si ella está bien, si al final fue ella la víctima del accidente o no.
Mi padre busca en su móvil el numero de Ainhoa y la llama. Se cerró en el escritorio y yo espero desesperadamente para que salga y me diga si es ella o no, a pesar de no saber de que la conozco.
Yo espero, espero y desespero, mi padre no sale de aquel maldito escritorio para decir lo que pasa, yo me pongo escuchando a la puerta pero solo escucho el silencio, el silencio que en esto momento me está matando por dentro.
Respiro, intento pensar que no es Ainhoa la víctima, una tarea difícil porque mi corazón está con tanta velocidad que no sé como aún se aguanta dentro de mi cuerpo.
Veinte minutos de un autentico desespero, la pregunta que se quedó en el aire aún no tuve una respuesta, desespero y estoy a punto de entrar en el escritorio.
Por fin él sale de aquel escritorio, su cara no es la mejor y creo que ya está diciendo todo.
- Y entonces, papá? - pregunta Casilda.
- Fue ella... - respira profundamente - … Ainhoa es la herida grave del accidente...
Justo en eso momento mil cuchillos se espetaran en mi corazón, el desespero aumenta y el dolor toma cuenta de mi cuerpo.
- Fue su hermano que me contestó a la llamada... - dice mi padre - … todos están desesperados, Ainhoa aún no se despertó, está conectada a una maquina para ayudar a respirar y los médicos no lo saben lo que tiene...
Salgo de allí, ya no puedo disfrazar más lo que siento. Me fui a la habitación, sufro por dentro y por fuera. Ainhoa podría tener mil defectos, podría haber hecho mil errores, pero no merecía algo así. No merecía ser víctima de un accidente así, de tener que respirar con la ayuda de una máquina y de poner todos los médicos sin saber lo que pasa con ella. Ella es una buena chica, lo sé y no me conformo que aquello tenga sucedido con ella, justamente con ella, porqué? Porqué?
Acabo de entrar en una auténtica pesadilla. Mañana volveré para Madrid y necesito verla y no importa si tendré que irme a León o a dónde sea. Llamo a Mariola:
- Necesito que me hagas un favor muy grande... - le digo.
- Pues dime lo que necesitas...
- Necesito que busques en que hospital de León está una chica...
- Vale... cual es su nombre?
- Ainhoa Martínez Sierra y tuve un accidente esta mañana... necesito de eso rápidamente...
- Lo haré lo más rápido que pueda, no te preocupes...
- Gracias...
La noche cae y paso los minutos mirando el móvil, esperando la llamada de Mariola y pensando constantemente en los momentos en que estuve con Ainhoa. No como, el estomago se llenó con mis pensamientos y con mi preocupación. Es un desespero inexplicable. Casi salté de la cama cuando escucho el móvil sonando:
- Pablo, ya sé dónde está Ainhoa... - me dice – Está en un hospital privado muy cerco del centro...
- Supiste como estaba?
- No me han dado muchas informaciones... me han dicho que respira con la ayuda de una máquina, qué aún no se despertó y que seguramente tendrá que trasladarse para la coma, porque ella no se despierta...
Quiero adelantar los relojes para que la hora del tren rumbo a Madrid llegue ya, para que pueda irme a León, que es algo que voy a hacer. Porque ella merece que lo haga, porque es en estos momentos que vemos que la vida puede terminar a cualquier momento y tenemos que disfrutar de todo mientras estamos vivos.



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