Narra
Pablo
Se
abre la puerta después de una hora de espera muy larga. El médico
me mira muy serio mientras yo me levanto de la silla que tantos
nervios míos aguantó. Vino hacía mí de forma muy lenta que me
leventaba sospechas, pero sin saber si serían positivas o negativas.
Frente a frente nos quedamos y nadie hablaba. Sin embargo, el médico
respira profundamente:
-
Lo siento pero... Ainhoa volvió a tener dolores y bueno... lo siento
pero... tuvimos que interromper el embarazo... tuvimos que hacer un
aborto...
Se
me había quitado todas las reacciones en mí. Miraba a Marisol y ni
ella tenía una reacción posible hacía semejante situación. El
médico pone una mano por encima de hombro y luego me dice:
-
Hemos hecho todos los posibles y los imposibles... la vida de Ainhoa
estaba puesta en causa y no podíamos permitir que los dos estuviesen
en riesgo de... de morirse en el parto... hay que ser fuerte...
Con
la cabeza haz señal de que podía entrar en la sala y luego se va.
No me había movido ni tan solo un centímetro. Miraba a mi peque y
ella ya estaba durmiendo. La noche ya se había caído y el día
había sido muy intenso.
-
Pablo, si quieres yo llevo a la niña conmigo... - me dice Marisol -
Ainhoa necesita de tí más que nunca... se va a dormir a mi casa y
mañana le cuentas todo... lo sabes que vas a necesitar de mucho
tiempo para explicarle...
-
Lo sé... - le contesto – Yo tengo que agradecerte por todo... en
el estado que estás deberías estar en tu casa descansando y estás
aquí hace muchas horas...
-
No pasa nada... si fuera lo opuesto, lo sabía que ella haría lo
mismo por mí... venga, cuida de ella y mañana yo vuelvo con Ainhoa,
vale?
-
Vale... muchas gracias por lo que estás haciendo, en serio...
-
No necesitas... hay que cuidar de mi hermanita, eh?
-
Por supuesto que sí... - le digo.
Marisol
se va con la peque en sus brazos durmiendo profundamente y yo me voy
hacía la puerta. Lleno mis pulmones con aire y la abro. Ella se
había quedado dormida de una forma muy profunda. Me acerco a ella
sentándome en la camilla. Acaricio su pelo y sus mejillas y pensaba
en todo y al mismo tiempo en nada.
Narra
Ainhoa
Solía
soñar mucho con jardines y con playas en pequeña, pero, con el
crecimiento, dejé de recordar lo que soñaba a cada noche. Hoy había
sido diferente y me desperté recordando el malo sueño que tuve. No
le llamo pesadilla porque tuve su lado bonito, pero me lo había
dejado un poco confusa.
Soñé
que mi abuelo y mi padre se morían juntos. Los dos partían para un
lugar muy hermoso en paz, agarrados por la mano y sonreían para mí.
De hecho, me quedaba un poco confusa. Hombre, los dos están en el
hospital y lo que sé hasta ahora es que están vivos!
La
luz que venía del techo me molestaba y luego giro mi cabeza para mi
lado izquierdo. Alguien estaba sentado en el sofá y me lo parecía
Pablo. Seguro que estaría soñando porque él está en Los Ángeles.
Con
las manos abro mis ojos por completo y, de hecho, era Pablo quién
estaba en el sofá, con la cabeza apoyada en un cojín. Estaba con
los ojos un poco abiertos y yo de verdad que me quedé sorprendida.
-
Pablo?
Él
se acercó a mí y agarra mi mano. No podía contener mi emoción y
me envuelto en un abrazo suyo. En aquel momento, sus brazos eran el
mejor remedio para mí. Tan cerco, apretado, caloroso, cariñoso, el
abrazo era el consuelo que necesitaba para seguir adelante. En uno de
sus hombros apoyo mi cabeza y todo parecía bien. Cierro los ojos y
se me caen las lagrimas. Tal vez yo quería creerme que yo podía
seguir adelante, pero algo ponía un freno y hacía con que yo no me
conformase con lo que había pasado.
-
Porqué tuve que pasarse esto? Porqué? - me pregunto.
-
Ssshhh... esto no es fácil pero hay que seguir adelante...no era el
momento para sucederse, pero verás que un día llegará... - sus
manos hacían caricias en mi pelo y yo me ahogaba en lagrimas en una
interrogación que parecía no tener fin.
-
Es un fracaso... - digo - … yo he fracasado por completo como
mujer...
-
Deja de decir disparates... no eres menos mujer por esto... es el
opuesto, eres mucho más mujer por que lo sé que serás fuerte...
-
Fuerte?
-
Si, eres fuerte y única y jamás dudes de eso... lo sabes que tienes
por lo menos a dos fans incondicionales...
Yo
sonrío y él sonreí aún más. Allí estábamos los dos, entre
brazos, mirándonos como si no hubiera mañana, en un cambio de
miradas sin fin.
-
Ya ves... te hizo sonreír... - me dice sonriendo y con una mira muy
cómplice.
Lo
veo todo: un día, hace unos tiempos, mi madre me enseñó una
canción y yo en aquel momento no había comprendido de forma clara
el sentido de sus versos. Ella solo me ha dicho “un día vas a
comprender y cuando ese dia llegar, es mejor que te prepares...
porque has encontrado el amor de tu vida...” - hace tiempo que me
pasan sus versos en la mente y ahora mismo volveran a pasar, pero que
quedaron.
Lo
sé sin más dudas ningunas: con tan solo cinco letras yo puedo
escribir el amor de mi vida. Es necesario decir algo más?
“Dicen
que solo tengo que desearlo
Dicen que eternamente me andas buscando
Dicen que si eres mio yo seré tuya
Dicen que tu has venido a cambiar mi vida
Dicen que eternamente me andas buscando
Dicen que si eres mio yo seré tuya
Dicen que tu has venido a cambiar mi vida
…
Dicen que nos vallamos con todo al cielo
Dicen
que si tu puedes, yo también puedo.
Dicen que cada noche es nuestra estrella,
la que ilumina el canto de las sirenas...”
Dicen que cada noche es nuestra estrella,
la que ilumina el canto de las sirenas...”
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