Narra
Pablo
-
… diez...
-
… nueve...
-
… ocho...
-
… siete...
-
… seis...
-
… cinco... - se gritaba aún más fuerte.
-
… cuatro...
-
… tres... dos... uno...
-
Feliz año nuevo! - gritábamos todos ya con el champán saliendo por
las botellas explotando para el aire.
Al
invés de empezar el nuevo año cantando como siempre se sucedió, mi
hermano empieza a bailar con mi cuñada y a poco y poco se fueron
todos contagiando, creo que hasta los dos perritos se contagiaran a
excepción de yo.
-
Qué haces así tan inmóvel? A bailar ya! - me dice Ainhoa.
-
Yo no...
-
Tus padres te han dado la colita para qué? - me interrumpe - Es
para moversela bailando... anda! - me da su mano en una invitación
sencilla.
Hago
señal con la cabeza diciéndole que no, pero ya seria de preverse
que Ainhoa no iba a contentarse con mi respuesta. Empieza con sus
“dramas de broma”:
-
Es así que tu me quieres? Ni bailas conmigo... ni conmigo? Esto se
acaba por aquí, Pablo...
-
Tu bailas mejor que yo...
-
Por eso mismo que estoy invitando... venga, que te enseño a entrar
en el ritmo más rápido de lo que piensas...
-
No lo sé...
-
Lo sabes sí...
-
Si yo te decir una cosita tu bailas?
-
Depende...
-
Yo te odio... ahora vienes a bailar conmigo...
-
Bueno... - me acerco a ella, cambiamos sonrisas cómplices y yo sin
saber cómo empezar con el baile. Me acerco a su cuerpo y agarro en
sus manos.
-
Hombre, estás con miedo?
-
Miedo?
-
Acércate más... que yo no quiero ese cuerpecito reluciendo para el
aire...
-
Entonces quieres qué se reluce para dónde?
-
Pues... - acerca su boca a mi oído - … reluciendo en mi cuerpo es
mucho mejor, ya lo sabes que a mí no me gustan los desperdícios...
- me susurra.
-
Sabes que eses desperdícios no... es decir... no me gustan... -
musito.
-
Nos vamos a lo que interesa o continuamos con esta conversación más
indirecta que nunca? Venga, que tu has venido para bailar.
Un
paso adelante, un paso trás y me lo creo que después de unos dies
errores, entré por fin en el ritmo de la canción y en el ritmo de
sus pies que dejaban a cualquiera tonto de tanto movimiento
constante.
-
Bien... que tu no bailas así tan mal como dices, hombre!
-
Y tu primer chiste del año nuevo tenía que ser ese?
-
Y tu primera tontería tenía que ser esta? - pone sus manos en mis
mejillas – Si no fueses mono, no te perdonaría... pero bueno, cómo
eres una monada y otras cositas más que yo lo sé perfectamente... a
partir de hoy no me digas que bailas mal, vale?
-
Yo seguiré diciendo lo mismo... - le provoco.
-
Te puedo tirarte por la ventana?
-
No hagas eso, mi vida... - le sonrío – Ya que somos aquellos que
siguen haciendo tratos, podemos hacer el primer trato del año ahora
mismo...
-
Oye, oye... depende del trato, vale?
-
Tu me enseñas a bailar bonito y yo dejo de decir que bailo mal...
-
Empezamos ya... solo queda un pormenor...
-
Cuál?
-
Qué tipo de baile quieres que te enseñe? - me susurra.
-Por
mí puedes enseñarme todos... hasta aquellos que estás
imaginando... - con una sola mirada la ponía con aquella carita de
quién está pensando más adelante, es decir, que con tan sola una
palabra esté pensando en mil y una cosas.
-
Pablo, tu conmigo bailas hasta las nubes...
-
Entonces llévame ya a esas nubes, mujer... - le sonrío en un acto
de complicidad.
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