Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

martes, 9 de septiembre de 2014

96. Amor con compás del tango

Narra Pablo
(Unos días después)
En Argentina, la recepción en el aerpuerto tuve derecho a una muestra del tango argentino y de una grande legión de fans esperándome con carteles, cantando mis canciones, gritando mi nombre de tal forma que es cierto que se escuchaba en todo el aerpuerto. Bueno, esto ya se sucedió en las otras veces en que estuve aquí, ahora con la diferencia de que los periodistas están aquí más con la intención de descubrir quién es mi chica que hacer el reportaje sobre mi llegada.
Ellos casi se comen unos a los otros para llegar hacía mí, me hacen más preguntas de mi vida personal que de mi carrera y a esas me remeto al silencio. A las de mi carrera respondo una y otra vez y todos los periodistas no se quedan satisfechos. Si no están satisfechos es cierto que los famosos “papparazzi” andarán por ahí discretamente siguiendo todos mis pasos y todo el cuidado será poco cuando estuvier con Ainhoa.
En las entrevistas hechas en los días siguientes, me preguntan siempre las mismas cosas, pero con otras palabras, pero yo, que estoy más “armado” que nunca para las preguntas que me son hechas, siempre doy la misma respuesta, haciendo con que no sean dichas indirectamente informaciones que nadie debe saber.
- Ya que todo el mundo lo sabe qie tienes pareja porque tu mismo lo has dicho... dime una cosa, Pablo... ella ha venido contigo? - en un programa muy descontraído hecho por la noche, el señor me haz esta pregunta. Primeramente le sonrío y solo después le digo:
- Ya me han visto con ella desde que llegué aquí?
- Pues... de hecho no fuiste visto con ella...
- Y para que lo sepan... estando ella aquí o no, la verdad es que siempre tendré su apoyo y eso es lo más importante...
- Eso es bonito... puedo afirmar que si no está con el cuerpo aquí, está con el alma, verdad?
- Eso es... - y yo pensando para mí “está de cuerpo y alma, está con todo lo que es suyo aquí...”
De los programas en las radios y televisiones y entrevistas para periódicos, llegan los dos conciertos, dos auténticas noches hermosísimas, con el toque especial de que tenía a la espectadora más maravillosa justo en frente al escenario. Intentaba contenerme, por mucho que no quisiese mirarla un montón de veces, mis ojos contrariaban mi mente y solo se direccionanban para ella. La suerte es que con tanta gente, nadie se daba cuenta para quién en concreto estaba mirando.
Me dejaba feliz ver todo aquel público cantando mis canciones y en el momentazo de “solamente tu”, mi brazo se estira en su dirección y mi corazón casi se explotaba. Él solo quería decir “mi brazo está señalando a la mujer que quiero más que todo en mi vida”, pero me contenía y mi voz cantaba los versos de mi primer single, casi ahogados por los miles de voces reunidos allí cantando en coro los mismos versos.
No era nada fácil tratala como una persona “normal” frente a la gente que aseguraba de que todo en el concierto marchaba bien, disfrazar que casi no la conocía cuando la realidad es que la conozco quizás mejor que yo mismo. Todo pasaba y en el hotel, ya cerrado en la habitación, podía tratala de la manera que merece.
La amaba de todas las maneras, con las miradas, con caricias, besando una y otra vez sus labios, su cuello oliendo a aquel perfume que me hacía llevar al paraiso y, por supusto, la amaba también en aquellas bonitas horas en que hacía de su cuerpo mi cuerpo, lo veneraba más que Dios, le hacía el amor al compás de la marea, de la luna, de cualquier elemento bonito de la Naturaleza.
- Que esto no se acabe nunca... - me susurraba mientras mi boca se apoderaba de una pedacito de su piel y de su cuerpo. Movimiento tras movimiento, se hacía escuchar ora un suspirto suyo ora un suspiro mío, que por veces eran soltados en el mismo instante.
- … bendito seas paraíso... - suspiro entre besos.
- … bendito seas tu que eres mi paraíso, Pablo...
Con su cuerpo desnudo debajo del mío en el mismo estado, mis manos acariciaban sus gluteos, sus piernas cincundaban mi cintura y con tanto movimiento y fuego, las sábanas casi saltaban para el suelo.
Amor que parecía un auténtico baile de tango argentino, sincronizado, hecho con amor, marcado por un compás bien definido. Esto es amor y lo demás son tonterías...

No hay comentarios:

Publicar un comentario