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viernes, 8 de agosto de 2014

61. El comienzo de la confusión

Narra Pablo
- Elena, Pablo ya tiene edad suficiente para elegir qué chica quiere para su vida... - salgo de la habitación y escucho mi padre en su habitación hablando con mi madre. Me quedé curioso porque estaban hablando de mí, me quedé por detrás de la puerta escuchando la conversación, algo que nunca hizo.
- No estás comprendiendo, Salvador... lo que Ainhoa quiere es alcanzar algo, cómo es posible que en tan solo un año ellos ya estén viviendo juntos?
- Oye, nuestro hijo no es así tan tonto, eh? Él tiene madurez suficiente para ver cuales son las intenciones de la chica con él!
- Todo el mundo en esta casa dice la misma cosa! Será que nadie puede ver la realidad?
- Eres tú quién no está viendo la realidad! Por Dios, solo la has visto unas tres veces, casi no hablaste con ella y ya la juzgas de esa manera? Por favor!
- Pablo estaba muchísimo mejor con Carlota...
- En serio? Estaría mejor con una chica que vivía para los lujos y para las apariencias? Es eso que quieres para él?
- No vale la pena, Salvador... nadie me vaya comprender...
- Por supuesto que nadie te vaya comprender! Te cuesta mucho conocerla mejor y después hacer los juicios que quieras?
- No vale mismo la pena... - cómo me pareció que la conversación, bueno, la discusión estaba terminando, salí de allí para que ellos no me pillasen escuchando por detrás de las puertas.
A mi madre no le gusta mismo nada a Ainhoa y creo que ya lo sé el porqué de aquella cara que Ainhoa estaba esta mañana cuando llegué a la cocina. Seguro que mi madre ya estuve con sus cuestionarios sin fin y todo para con Ainhoa, lo que no lo sé es cual fue la reacción de Ainhoa. Si ella no se calló, creo que esto será el comienzo de algo muy feo, es cierto.
Bajo las escaleras, miro el salón y por la ventana veo que Ainhoa estaba jugando con los perros y con Sofía en el jardín. Aquella sonrisa que dibuja mientras los perros intentan saltar para sus piernas es cualquier cosa de fabulosa, una sonrisa tan bonita, tan llena de luz, una sonrisa que brilla más que el sol en el Verano.
- Y tu, hermanito? Qué haces ahí por los rincones? - preguntame Casilda.
- Pues nada... no estoy haciendo nada...
- Yo no sé si debo contarte una cosa, pero voy a hacerlo...
- Qué pasa?
- Esta mañana mamá y Ainhoa estaban a solas en la cocina y...
- Qué ha pasado, Casi? Cuéntame todo!
- Mamá me está sorprendiendo... creo que ya has visto que Ainhoa no es la chica que mamá pensaba que ibas a tener como novia, pero bueno... no lo que no lo sabes es que ella y Ainhoa estuvieron en un confronto muy feo, creo...
- Qué ha pasado?
- Básicamente, mamá confrontó a Ainhoa... y Ainhoa no se calló, empezó a confrontarla también... Pablo, yo creo que esto no vaya terminar muy bien...
Suelto un suspiro, la cara de Casilda me está diciendo que el confronto puede terminar en una pelea de las grandes, pero la cuestión es: con quién debo hablar en primer lugar? Con mi madre o con Ainhoa? Algo me está diciendo que debo hablar primeramente con Ainhoa y por casualidad, ironías del destino, ella llega hacía nosotros y Casilda luego vio que iba a hablar con ella y se fue.
- Ainhoa, qué ha dicho mi madre esta mañana?
- Qué?
- Yo lo sé que vosotras estuvisteis a solas esta mañana en la cocina y que mi madre te ha dicho algo.... algo bueno no fue, por cierto, que tu cara cuando llegué allá lo decía todo...
Su respuesta fue bajar la cabeza y soltar un suspiro. Con mi mano, levanto su mentón:
- Ainhoa, dime lo que ha pasado...
- Que no, Pablo... es tu madre y yo no quiero que tengas problemas con ella...
- Que no digo yo! Dime lo que ha pasado, ella es mi madre, pero no tiene el derecho de meterse en nuestra vida!
- En serio, Pablo... esto vaya resolverse pronto, lo verás...
- Vale, entonces tendré que hablar con mi madre en primer lugar?
- Para qué si el problema está entre nosotras y no está en ti? Pablo, esto ya está una confusión de los diablos y tu quieres complicarlo todo?
- No es complicar... - me enfado - … yo conozco mi madre y lo sé que te vaya a confrontarte fuertemente, esto es, si todavía no lo hizo...
- Mirame, Pablo... todas as madres se quedan así cuando conocen la novia de sus hijos, vale? Esto pasará...
- Te cuesta mucho contarme? - doy un golpe en la mesa con toda la fuerza – Porqué estás ocultando? Estás con miedo? - grito aún más.
- Es necesario gritar así conmigo, Pablo? - me pregunta ya con voz de enfadada – Yo te lo cuento, pero lo sé que después te vas a hablar con tu madre y ahí las cosas se quedarán un caos! Un caos, Pablo! - y suelta un suspiro lleno de nervios.

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