Narra
Marisol
Seis
de la mañana, yo estaba durmiendo como un angelito en esta cama
“king size” y el puto móvil suena sin parar.
-
Sí? - contesto yo llena de sueno.
-
Hola Marisol, perdona estar despertándote a estas horas...
-
Qué pasa, Antonio? - y no es que el jefe me llama a estas horas?
Esto sería caso para enfadarme, pero como es mi jefe y lo sé que
solamente nos llama en casos muy urgentes, estuve tranquila.
-
Hemos tenido un problemita con la lista y un señor está a punto de
aterrizar ahí en Los Ángeles para poner las cosas en orden...
-
A estas horas? Qué ha pasado con la lista?
-
No importa ahora... tu tienes una hora para irte al aeropuerto y
recibirlo... y no te preocupes con Ainhoa que ya la llamaré para
decirle lo que tiene que hacer...
-
Vale... yo me voy... pero es algo grave?
-
No, nada de muy grave pero es importante... hazme eso favor, por
favor...
-
Por supuesto que sí, Antonio... y después que hago?
-
Lo recibes y después él ya lo sabe dónde tenéis de iros...
Extrañé
toda aquella situación, pero bueno, si es el jefe llamándome es por
que es algo serio y no es nada de broma.
Me
visto, pido a la recepción para llamar un taxi y me fui hacia el
aeropuerto. Estaba un montón de gente, miro la tabla de vuelos y veo
un vuelo de Madrid y es obvio que por mi cabeza ha pasado el deseo
que en eso mismo vuelo que estaba aterrizando en la pista del
aeropuerto saliese Hugo. Era un sueño, sí, sí!
Y
estaba yo pensado en él y el móvil suena con una llamada suya:
-
Cómo estás, princesa?
-
Bien, dentro de los posibles... estoy en el aeropuerto...
-
En el aeropuerto? Pero tu no vienes ahora!
-
Lo sé pero estoy esperando un señor...
-
Vale... y tu ya has levantado tu brazo?
-
Qué?
-
Ya has levantado tu brazo?
-
Por qué?
-
Porque estoy en el mismo aeropuerto que tu y estoy buscándote...
-
Qué?
-
Levanta el brazo por favor...
Yo
levanto el brazo y en el medio de tanta gente, veo un brazo
levantado.
-
Estás viendo mi brazo, Marisol?
-
Joder, eres mismo tu?
-
Sí... yo me voy hacía ahí...
Y
por magia él aparece en mi frente, de maleta en la malo, sonriendo y
yo casi tenía un ataque de corazón. Corro hacía él, le abrazo y
mis lagrimas cayeran como lluvia en un día gris de invierno.
Yo
pensé y mi pensamiento se hizo realidad. Fui una afortunada, eso sí!
-
Tu has hablado con Antonio para hacer todo esto?
-
Sí... sabes que no vendría para aquí sin saber por lo menos si
todavía estabas trabajando o no... como ya tienes todo listo, yo
decidí venir y aprovechar estos días contigo...
-
Yo estoy feliz contigo, pero... Pablo no vino?
-
Infortunadamente, no... ahora mismo debe estar pasando una entrevista
que hizo ayer en un programa de televisión... será que Ainhoa lo
sabe?
-
No lo sé... pero ahora me ha dejado un poco mal... vaya costarle
mucho ver que yo estoy contigo y ella está sola...
-
Ella comprende... Ainhoa lo sabe que Pablo tiene entrevistas para
hacer y reuniones con la discográfica, pero él me ha pedido para
darle una cosa...
-
Qué es?
-
No puedo decir... nos vamos al hotel que esto tiene que ser entregue
lo más rápido posible...
-
Ahora me has dejado con curiosidad... no puedes decirme lo que es?
-
No... pero es algo muy bonito, te lo digo...
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