Narra
Ainhoa
-
Mirame en los ojos, Ainhoa... - y cara a cara yo lloraba, podía ver
en sus ojos que no se conformaba y que costase lo que costase,
tendría que escucharlo sino no iba a descansar si no me dijese lo
que quería decirme – Tu no eres menos mujer que las demás debido
a eso... además, tu eres una mujer diferente por que eres especial:
tienes una personalidad muy fuerte, eres genuina y eso te valora aún
más... no es por eso que dejaré de quererte, que te abandonaré, yo
siempre estaré a tu lado y te apoyaré en todo...
No
dejé que terminara la frase, me emocioné bastante y simplemente le
abracé y pude sentir que algunas lagrimas caían en su cara.
-
Yo no lo sé cómo pude aguantarme por tanto tiempo sin contar esto a
alguien...
-
Tu eres muy fuerte y buscas la fuerza dónde sea para aguantar
cualquier cosa... por eso te admiro tanto... - besó mi mejilla y
limpió todas mis lagrimas – Oye, yo no quiero que llores más, eh?
-
Vale... al final llorar provoca el crecimiento de las arrugas... - le
sonrío.
-
Así me gusta! - me dejé llevar por sus labios, labios de canela,
labios que son los tranquilizantes perfectos – No te olvides de que
te quiero...
-
Yo te quiero aún más... - le susurro al oído.
Fue
el comienzo de una batalla de cosquillas sin fin, la verdad es que
nosotros somos como dos niñotes que viven jugando de la manera más
sencilla y saludable que se pueda imaginar.
Nuestras
carcajadas sinceras y graciosas se hacían sonar en aquella bella
noche de estrellas en la hermosa y única Venice Beach. No era una
escena de película, no era ninguna escena especial, pero yo me
sentía la mujer más especial y la más afortunada del mundo por que
simplemente tengo la suerte de sentir el amor y de tener a mi lado
alguien a quién soy capaz de hacerlo todo, alguien que me acepta
cómo soy y que jamás me ha pedido para cambiar en algo. No vivo
prisionera a alguien que en la realidad no lo soy, no tengo complejos
de ser espontánea y de dejarme llevar por lo que me gusta.
Él
es especialísimo para mí y me hace sentir especial, es una
especialidad en tan solo una pareja, pero es maravilloso sentirse
exclusivo, sentir el amor, la felicidad, la libertad y saber que no
vives en la soledad.
Narra
Marisol
La
noche había sido buenísima y cuando llegamos al hotel nos cruzamos
con la pareja más bonita que jamás he visto. Los dos hacen envidia
a cualquier persona, se nota a kilómetros la complicidad que tienen,
el amor que siente uno por el otro, se notan sentimientos tan
genuino, tan sinceros, tan verdaderos que siempre te crees que el
amor que vives no es igual a lo de ellos.
Él
es guapo, es verdad, ella es tiene postura de clase, cara perfecta,
cuerpo con las curvas bien dibujadas, joder, por qué Pablo y Ainhoa
son tan perfectos juntos?
No
es un exagero, pero los dos se parecen de forma igual al azúcar que
se complementa con el café, con la puesta del sol que sale perfecta
en la playa, uno es el polo positivo y otro el polo negativo de una
pila, por eso juntos hacen energía.
De
una manera saludable os envidio, por mucho que me crea que tengo un
amor perfecto, veo los dos y pienso: si mi amor es perfecto, cómo
defino el amor de estos dos?
Son
dos adultos con alma mitad de adulta, mitad de peque. Fue un momento
de auténtica espontanead, el en el pasillo de las habitaciones
sonaba una canción de la banda Queen y los dos comienzan a cantar y
a bailar como si estuviesen en un escenario. Bueno, de Pablo no me
admiro mucho, al final él ya está acostumbrado a ellos, cuanto a
Ainhoa me sorprendo bastante.
Yo
y Hugo nos contagiamos y los cuatro parecíamos unos locos haciendo
unos figurones tremendos en el medio de aquel pasillo a lo cual le
hemos puesto el nombre de “Pasillo de la fama”.
Si
en el primer día ya estamos así, imagino mañana que nos vamos
todos juntos al Parque Disneyland LA, dónde podemos disfrutar de un
montón de aventuras y de nuevas experiencias, es un parque todavía
más grande que el de París, dónde yo y Ainhoa ya estuvimos hace
unos años y fue inolvidable-.
Una
cosa es de prever: “parar” será una palabra fuera de nuestro
vocabulario!
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