Narra
Ainhoa
Sol
en la calle, sol dentro de mí y qué ganas tenía de trabajar, algo
que ya no se sucedía hace muchísimo tiempo, ya no me recuerdo de la
última vez que llegué al escritorio en un estado de humor parecido
con lo de que tengo hoy.
-
Señorita Ainhoa, que coño está pasando contigo que llegas aquí
con una sonrisa digna de una publicidad de dentífrico? - me pregunta
Marisol muy animada cuando entré en el escritorio.
-
Pues estoy contenta...
-
Eso me huele a Pablo y no sé el porqué...
-
No comiences, Marisol... no comiences...
-
Ainhoa de mi corazón, mirame... yo lo sé que ha pasado algo de
buenísimo, pero también no quiero saber lo que es... hace mucho tiempo que no te veía así, suspirando a cada rincón... me encanta verte
así, nena!
-
No seas dramática... y tu que vives llamando a Hugo de Pitufo?
-
Es un gesto cariñoso... tu también no tienes así apodos monos para
él?
-
No... simplemente le llamo por alguno de sus cuatro nombres y
aquellos más normales, del tipo cariño, mi amor... esas cosas
así...
-
Nena, tienes que tener un apodo exclusivo para que seas solamente tu
a llamarlo de esa forma!
-
Me recuerdo ahora de uno que utilicé hace tiempo...
-
Cual?
-
Godzilla... Godzilla guapo... qué te parece?
-
Joder, tienes más imaginación que yo... pero cómo lo sacaste?
-
Cuando estaba en el hospital porque tuve aquel accidente en León,
sabes... él vino a visitarme y yo le llamé Godzilla... unos tiempos
después, cuando ya estábamos más cercos y tal, le llamé de
Godzilla guapo...
-
Tu eres una monada con él y tu lo sabes perfectamente... a la
primera vista no pareces ser así tan cariñosa...
-
Yo soy cariñosa con quién merece...
-
Uhuhuh... no digas nada más que ya está hablando Ainhoa, la
enamorada y pronto tendremos discurso filosófico...
-
Tu y esas cosas absurdas... bueno, nos vamos a concentrar?
-
Por supuesto... Los Ángeles nos espera, baby!
-
Eso es, guapa!
Ponemos
música de la buena y fue medio camino para atingir una velocidad
estruendosa de trabajo. En pocas horas ya estábamos pasando una de
las fases más complicadas, nuestro ritmo era de volar, simplemente
volar por entre papeles y ordenadores, mientras pequeñas
conversaciones se juntaban, todo nos hacía estimular para el suceso.
Todo
ayudó y el resultado: en esa misma semana ya estábamos gritando:
-
Terminado! - gritamos las dos cuando juntas cerramos el dossier que
estaba listo para viajar con nosotras para tierras americanas.
Todo
el mundo vivía diciendo que estábamos locas, que no existían
motivos para andar por ahí sonriendo como si hubiésemos ganado el
Euromillones, pero para nosotras el “Euromillones” será embarcar
en el avión y aterrizar en la tierra dónde tiene de las casas más
caras del mundo, los actores con más fortunas, todo en grande!
Ni
todo es bueno en la verdad, para esto ser “perfecto” sería irnos
con nuestros chicos, creo que así sería uno de los viajes de
nuestras vidas.
No
imaginan como somos juntas, el último viaje que hicimos juntas fue a
París (todavía era novia de Luis y él vino con nosotras). En esa
ciudad francesa hicimos todo el tipo de locuras que podéis imaginar,
desde bailar en la calle sin molestarnos de la gente que nos miraba
desde hablar en español mismo sabiendo hablar el francés
simplemente para ver las caras que los franceses hacían delante de
nosotras hasta hacer guerra de almohadas en la habitación.
Es
de esperar que vamos a hacer alguna locura en esto próximo viaje,
porque para nosotras un viaje sin locuras no se llama viaje!
Nos
dieron permiso de marcar el viaje, nos vamos en el próximo Lunes por
la tarde y allá tendremos el señor a quién le vamos a presentar el
resultado de esto arduo trabajo que nos ha quitado una noche en que
supuestamente estaríamos en casa, quizás “disfrutando” de
nuestros amores y estuvimos en el escritorio, viendo la luna por la
ventana y llegar a casa a las tres de la madrugada. Pobre vida, rica
vida, así es mi vida...
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