Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

viernes, 22 de agosto de 2014

78. Los Ángeles del amor

Narra Ainhoa
Se abre la puerta y el destino decidió hacerme sentir como una tonta... el porqué? Es muy sencilla la razón: estaba pensando en Pablo, alguien golpea la puerta, yo la abro y hacía mi, en carne y hueso... allí estaba él.
Era euforia, emoción, felicidad y amor que sentí cuando le vi justo hacía mi, cara a cara, su sonrisa, la luz más bonita que puedo ver en cada día de mi vida. Descargué todo esto en un beso tierno y un abrazo sin fin, los dos, en el pasillo del hotel, sin molestarnos con quién estaba pasando y lo que estarían pensando.
- Eres la persona más malvada que conocí en toda mi vida! - le susurro sonriendo como hace días no lo hacía.
- Yo lo sé... pero yo sé que te gusta...
- No lo sé como has hecho todo esto... tu no debes tener todas las neuronas trabajando normalmente... has visto bien lo que has dicho?
- Estás hablando de la entrevista? Yo voy a repetir lo mismo todas las veces que serán necesarias...
Respiraba profundamente para contenerlas, pero nada las impidió de salir y bajar por mi cara. Las lagrimas derramadas por aquella bonita respuesta, por aquella voz que ha regalado las más bonitas palabras del mundo, lagrimas de emoción, de alegría, palabras que me hicieron sentir la persona más especial de este mundo.
Ya dentro de la habitación, nos sentamos en el sofá viendo lo que restaba de la entrevista y no es que después de la respuesta “nueva” de Pablo, ha salido otra pregunta en que su respuesta que me ha puesto sin saber lo que decir?
- Cuando estás con la persona ideal a tu lado, estás feliz y yo no soy excepción... estoy muy bien...
Aquellas ganas de abrazarlo y besalo sin parar se hacían sentir en todos los costados dentro de mí, parecía una llorona frente aquella televisión y Pablo acariciaba mi pelo, me sentía totalmente especial.

Narra Pablo
Venice Beach (Playa Venice): la primera visita en Los Ángeles. Un paseo marítimo maravilloso y una playa que es considerada la mejor en toda la California y las mejores de los Estados Unidos.
El día estaba maravilloso y estaba pidiendo unas horas pasadas junto a la playa, salir los dos, bien juntitos, compensando los días en que estuvimos lejos uno del otro. Un almuerzo bien romántico con la mejor vista para la playa, comida de la buena y una tarde con una caminada por la playa, por entre abrazos y besos, caminando por la bonita arena clara y recibiendo en los pies las olas del océano Pacífico, agua más fría que las del mar mediterráneo de mi querida Málaga.
- Nos quedamos con el agua por los pies? - me pregunta.
- Nos mojamos por completo?
- Por supuesto! Quién moja los pies también moja la cabeza!
Y ella en un movimiento voraz quita su vestido amarillo y aquel cuerpo de piel morena relucía un bikini verde que me ha dejado unos claros segundos contemplado aquella belleza de chica.
Quito mi camiseta, la dejo en la arena, le doy la mano y en una pequeña corrida entramos en el agua hechos unos locos. Por unos largos minutos me sentía adolescente de nuevo, parecía que todavía tenía unos 16 años o algo así. Aquella sensación de auténtica libertad cuando hacías estas locuras con tus amigos, sentí lo mismo ahora y solo quería parar el tiempo, parar todos los relojes del mundo para que esto momento no acabase nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario