71. Decirte adiós

Narra Pablo

Lo que daría yo para irme con ella y lo que daría Hugo para irse con Marisol. Por mucho que ellas estuviesen contentas, para ellas lo mejor sería ir con nosotros, pero bueno, no se puede. Yo tengo trabajo en el estudio y reuniones y Hugo tiene su trabajo, tendremos que aguantar estos días sin nuestras chicas, algo que ya cuesta mucho, por lo menos para mí.

Si pudiera cambiar todo, lo haría y lo mismo me dice Ainhoa mientras echaba un último vistazo a las cosas que ha puesto en la maleta para que no se olvide de nada. Estaba medio contenta medio triste y por mucho que me costase tendría que animarla.

- No te quedes triste, tienes que disfrutar lo más que puedas... en la próxima vez me voy contigo, eso te aseguro!

- Sabes que la primera vez es siempre la primera vez... no estamos hablando en dos, tres días lejos, Pablo... son ocho días, comprendes? Ocho días y eso es mucho!

- Yo lo sé... tu aguantarás, te lo prometo que cuando vuelvas nos vamos los dos a dónde quieras antes que comience la gira...

- Yo no necesito de ir a algún lugar... lo que simplemente quería era estar contigo, el lugar no importa...

Ajustó todo lo que tenía en la maleta, la cerró y suelta un suspiro, casi como si fuera el conformar de que esto tiene que ser así. Cabizbaja y ya con los ojos empapados, recogió el billete del vuelo de la mesa. Aquello que parecía tardar unos días llegó, el momento en que el aeropuerto esperaba su llegada.

Bajamos a través del ascensor hasta el garaje, yo puso la maleta en el maletero y ella, sin nada decir, entra en el coche. Las palabras casi no salían porque si lo hiciesen, saldría acompañadas por lagrimas, de eso no dudo.

El silencio se apoderaba de todo aquel aire, yo conducía el coche y ella a mi lado miraba la ciudad en tono de despedida, muy pensativa y con su expresión facial hablando por docenas de palabras que no salían de su boca, que no hacían sonar su voz.

El aeropuerto empezó a avistarse en el horizonte y a cada segundo que pasaba lo veíamos cada vez más cerco. Se fue acercando, acercando y cuando nos damos cuenta ya estábamos entrando y en la grande pantalla de información de los vuelos el vuelo para Los Ángeles era el tercero. No quedaba mucho tiempo para hacer el check-in, luego se apresó a hacerlo y antes de entrar para la puerta de embarque vino hacía mi, estaba haciendo de todo para estar tranquila, nos abrazamos como si fuera la última vez que estábamos haciendo aquello y evitamos las palabras lo más que podíamos.

- Cuidate, eh? - le susurro.

- Y tu también, no te olvides...

Al final no éramos los únicos que estábamos así, Marisol y Hugo, que casi estaban a nuestro lado, estaban sintiendo lo mismo, sus caras lo decían todo y no equivocaban a nadie.

Las dos se juntan y juntas partieron. Hugo y yo nos quedamos mirándolas, lado a lado, las dos nos miran por la última vez y desaparecen.

- Joder y ahora quién vaya cocinar para mí? - suspira Hugo en tono de broma.

- Y me pregunto lo mismo... - empezamos a bromar para disfrazar lo que sentíamos – Que yo ni un huevo lo sé fritar, coño!

- Lloremos juntos, Pablo... lloremos que estamos viendo una fome frente a nosotros...

- Venga, lloremos...

- Oye, nos vamos a comprar un billete y nos vamos también? - haz cara de auténtica broma.

- Vayámonos...

- Y a tomar por el culo Madrid esta semana!

- Eso es, Hugo...

Nos reímos hechos unos locos mientras veíamos por el grande cristal que separaba el aeropuerto en dos partes. Ellas estaban a dos pasos de entrar por aquel túnel de acceso al avión y nosotros desde aquí viendo aviones pasar, literalmente.

- Ya estás imaginando más o menos las cosas que van a sucederse con ellas?

- Imagino, Pablo, imagino... Marisol es loca, Ainhoa también y juntas no resultará en nada bueno...

- A ver vamos si vuelven enteras y sin daño...

- Bueno, eso no es el problema... lo que tenemos que hacer es orar...

- Orar?

- Sí, orar... orar que ellas vuelvan sino quizás descubren algún actor de Hollywood y nos dejan solos...

- Eso se resuelve... entramos en un puto avión y las recogemos...

- Me gusta... dejémonos de tonterías... nos vamos a tomar algo y ahogar todo esto?

- Venga, vayámonos...