Últimos capítulos...

Últimos capítulos...

domingo, 6 de julio de 2014

23. Cuidado con las aventuras

Narra Ainhoa
Todo fue maravilloso, desearía que el tiempo parase para que pudiese vivir aquellas horas con Pablo por un montón de tiempo, pero el vuelo rumo a Ginebra por la tarde me esperaba.
Ahora vamos dejar que las cosas entre nosotros se sucedan poco a poco, el tiempo vaya decidir cual será el resultado de esta nueva amistad, se es eso que puedo llamar a la relación que tengo con Pablo.
En las dos horas de vuelo, con Hugo a mi lado, nada hablamos. Él disfraza que está durmiendo y yo me dedico a leer un libro, a pesar de no estar gustando de la historia. Ya en el aeropuerto de Ginebra, dónde un caos está instalado por algunos vuelos cancelados, por fin él decide hablar y es tiempo de aclarar todo lo que se sucedió porque para mí esto ya se acabó desde el día en que llegué a Málaga para la inauguración.
- Creo que lo que tenemos entre nosotros se rompió en Málaga... - me dice – No sé lo que te ha pasado, empezaste a decir a la gente que yo era un amigo tuyo y creo que eso fue el fin de todo. Además, yo llevé una chica para mi habitación y nos tumbamos y... bueno, ya debes saber lo que hicimos, no?
- Sí... para mí todo terminó cuando aterrizamos en Málaga, si es eso que quieres saber... no vale la pena, Hugo... lo mejor es cada uno seguir con su vida y ya está!
- Pero qué te ha pasado? Te hizo algo?
- No, no hiciste nada... a ver, tu nunca hiciste nada así de tan especial... te has dado cuenta que cuando aún estábamos en la universidad simplemente habían besos y cafés tomados todos los días juntos? Nada, nunca me has demostrado de verdad si me querías y yo también no lo hizo... lo mismo pasa ahora, que somos adultos, tenemos más madurez y todavía nos quedamos así...
- Ya comprendí... te has enamorado de otro hombre y no te has dado cuenta...
- Sí, me enamoré de otro hombre...
- Lo mejor es romper todo lo que tuvimos... no vale la pena... solamente amigos?
- Sí, solamente amigos...
Entro en un taxi y me voy hacía casa. Por lo menos, he terminado todo en mutuo acuerdo, los dos sabemos que esto no resuelta en nada más que una amistad y por eso lo mejor es así estar, solamente amigos.
Empiezo la cuenta regresiva de 14 días para que llegue el día en que volveré a mi querida España, dónde será el comienzo de nuevas aventuras, nuevos desafíos y estaré lista para enfrentar todo, sea lo que sea.
A cada día que pasaba era un día menos para entrar en el avión y aterrizar en Madrid, era un día menos para volver a ver a Pablo, que le prometí en Málaga que cuando estuviese en España nos encontraríamos de nuevo para un almuerzo o algo así. Es un día menos para la fiesta de 34 años de matrimonio de mis padres. Será una fiesta maravillosa en familia.
En cada día pongo algo en las maletas para facilitar el trabajo y cuando me doy cuenta todo ya está dentro de las maletas, las cierro y llegó la hora, llegó la hora de irme hacía el aeropuerto, embarcar y volar hasta España.
De Madrid, me voy a León y recibo una recepción maravillosa, con toda mi familia esperándome en la casa de mis padres, todos muy contentos porque volví definitivamente a España.
Mi madre como siempre lo hace, haz una cena maravillosa para todos y todo el mundo la disfruta un montón. Entre las preguntas de mi estancia por Ginebra, a los temas más absurdos, mi hermano Pedro se levanta cuando ya todos estábamos disfrutando del postra, un pastel de chocolate riquísimo.
- Familia, tengo algo para anunciar...
Todos se callan, le miran y él, llenando el pecho de orgullo, continua hablando:
- Yo y Sara nos vamos a casar! - mi hermano casi que explota de felicidad así como Sara, que casi se le caen las lagrimas en su cara.
Mi madre, siempre muy sensible, llora más que nunca, les da las felicidades, mi padre se queda orgulloso, para él no hay nada mejor que ver sus hijos casándose y lo sé porque en el día que mi hermano Mario se casó, él confesó esto a nosotros, antes de irnos para la iglesia.
- A poco y poco, todos se van de esta casa! - dice mi padre muy orgulloso – Los chicos ya están, ahora solo faltas tu, Ainhoa!
Me quedé llena de vergüenza, no me gusta nada cuando mi padre demuestra que está con unas ganas tremendas de que yo presente a mi novio.
- Papá, primero tengo que encontrar a un chico ideal y después me caso, vale?
- Tu y eso espirito de soltera no os separáis nunca! Lo que importa es que encuentres a alguien que te quiera y que te trate bien.
- A ver si empiezas a tratar de eso... - me dice Mario - … por lo que veo no te casas antes de los 50 años!
- De los 50?! - me quedé sorprendida.
- Sí... vives para el trabajo, no tienes lugar fijo, así no resuelta!
- Yo creo que ella ya debe tener una “amistad colorida” y nosotros no lo sabemos! - mi madre siempre adivina lo que pasa conmigo.
- Yo no niego eso, pero también no lo afirmo... - digo.
- Tiene cuidado con lo que haces, eh? - dice mi padre – Esas aventuras pueden resultar en malas cosas y después te arrepientes de todo!
- Papá, yo ya no tengo 5 años... yo sé muy bien lo que hago!
Fue una cena maravillosa, recibimos la buena noticia del matrimonio de Pedro y todos discutirán mi vida, es decir, empezaran a hacerme un montón de preguntas a ver si descubren si tengo un chico o no. Nada dice sobre eso, nunca me ha gustado hablar de mis relaciones con mi familia. No es el caso de no confiar en ellos, porque ellos son las personas en quién más confío, pero sé que todos tienen una imagen de cual será mi “chico ideal” y si les hablo de alguno y si no corresponder a sus expectativas, me critican duramente por eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario