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jueves, 3 de julio de 2014

La sorpresa de hoy: Capitulo extra (sin aviso en el Twitter)

19. Una realidad distinta
Narra Ainhoa
Volví a Ginebra y volví a encontrar la primera grande pasión que tuve, Hugo. En esta ciudad parece que todo está en sintonía, mi trabajo es algo de extraordinario y volví a vivir mis tiempos de universidad, saliendo con Hugo, haciendo las cosas que hiciéramos cuando éramos simplemente dos jóvenes españoles estudiando en la universidad. Salimos por la noche y aquel grande amor que hemos vivido se recuperó. Hugo es un amor contigo, me llama de la misma manera que antes, “Leonesa”, causado por tener mis orígenes en León y yo le sigo llamando de “Valenciano”, ya que nació en Valencia.
Soy feliz o tal vez intento creerme que lo soy. Empecé a dudar de mi felicidad después de una noche despertarme a las cuatro de la mañana por haber soñado con Pablo.
Una cosa es no tener a nadie y pensar en una persona, otra cosa muy distinta es lo que vivo ahora, que tengo a una persona, pero pienso constantemente en otra. Con todo esto insomnio tuve tiempo para hacer las conclusiones sobre lo que siento ahora.
Me da miedo ver que siento cariño por Hugo y que por Pablo siento mariposas, pajaritos, todo el tipo de animales en mi cuerpo, que del malagueño que no aguantaba, deseo volver a sentir sus labios y volver a verlo.
La conclusión más “negra” es: me enamoré, me enamoré de Pablo y no me he dado cuenta de eso. Sin querer, lo quiso y ahora no quiero nadie más.
Fue necesario alejarme de él, volver a tener una relación para despertarme para la realidad, para saber que al final es Pablo el hombre que controla mis pensamientos.
En esa noche no dormí más. Pensé en todo esto hasta que llega la hora para irme a trabajar.
Madre mía, no sé pude currarme con tanta cosa pasando en mi mente. Para mi buena suerte el día pasó volando y en el fin del día Hugo vino a cenar a mi casa. No imagináis la puta cara y la puta reacción que tuve con él. Siempre hablé mucho con él y hoy casi no hablé nada, intento disfrazar que nada pasa.
- Te pasa algo? - me pregunta.
- No, solo estoy un poco cansada...
- Me pareces que estás en otro mundo, pensando en otra persona...
- No seas tonto... en qué te crees que estoy pensando? En el Papa?
- No lo sé, dime tu...
- Yo no estoy pensando en nadie, Hugo...
Él se conformó con mi respuesta, empecé a ocultar todo lo que estaba pasando conmigo, a volverme en un disfraz para que no sepa que estoy pensando en alguien.
El disfraz fue tan grande que perdí el control de mi misma. No sé cómo fui a hacer aquello pero lo he invitado a acompañarme a la inauguración del Centro de Cultura en Málaga, el proyecto en que he participado, el proyecto del padre de Pablo.
Mala suerte tuve cuando me ha dicho que sería un gusto acompañarme. Mierda, seguramente que Pablo estará en la inauguración y yo iré con Hugo.
Llamo mil y un nombres a mi, hizo el peor error de todos los tiempos, quizás no sería mejor haberle contado todo, decir la verdad, romper todo. El problema es que ahora yo dejé completamente aquel corazón frío que tenía, me dejo llevar por las emociones y por eso que no lo hizo. Siento un cariño por Hugo, él es simpático, un buen amigo, nunca me hizo daño y por eso que no quiso hacerle daño también. Es en momentos como los de ahora que me hace falta aquel escudo, aquella personalidad fría, que no se dejaba llevar por los sentimientos, para poder decirle todo lo que quiero.

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