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martes, 29 de julio de 2014

49. Hoy el día promete... o tal vez no...

Narra Pablo
Ahora que todo está bien, parece que la vida toma un rumbo con mucho más sentido de lo que tenía antes. Caminar está siendo más fácil porque la tengo a mi lado, siempre dando la fuerza suficiente para que no me caiga y para seguir adelante.
Mejor que esto sería tenerla a mi lado todos los días cuando me despertase, verla antes de quedarme dormido por la noche, compartir todas mis cosas con ella, pero todavía tengo que esperar por su respuesta, que no tengo ni idea de cuando me vaya decírmela.
Por lo menos ya tengo el placer de antes de irme al estudio pasar por su casa y darle un beso de buenos días. No fallo ni un tan solo día y ver su sonrisa antes de cerrarme en las cuatro paredes para componer y grabar canciones es algo que no tiene precio.
Hoy fue una excepción. Me quedé dormido después del despertador sonar para supuestamente despertarme y por eso salí de casa corriendo, con el móvil en mis manos que me decía que Mariola ya me tenía llamado unas 10 veces.
Hizo una llamada bien corta para Ainhoa deseándole un buen día y luego entro en el estudio, corriendo hecho un loco para no llegar aún más retrasado de lo que estaba.
Hoy el día promete ser de cosas muy buenas ya que me voy a grabar las primeras canciones para el disco. Será un día largo, pero muy productivo.
Me siento en la silla del estudio y comienzo a ver cuales son las canciones para grabar hoy. La banda ya comienza a arreglar los instrumentos para que nada falle, además, nada puede fallar cuando llegamos al momento de la grabación de alguna canción.
Por entre todas aquellas hojas blancas escritas, yo me vuelvo totalmente en el espirito de las canciones y las ganas de grabar empiezan a aumentar a casa segundo que pasa.
Estaba leyendo la letra de una canción que aún me recuerdo que la escribí en el avión rumbo a México, cuando un dolor muy fuerte en mi pecho me hizo quedarme sin respiración ninguna.
- Pablo, estás bien? - me pregunta Manuel, mi productor.
- Sí, estoy bien... ya pasó... - y en la verdad esto fue algo momentáneo, luego desapareció y volví a la normalidad.
- Seguro? Tu cara no está con descripción de eso...
- Yo estoy bien, Manuel, no te preocupes...
- Vale... entonces empezamos a grabar las canciones?
- Vamos... - y entro en el estudio de grabación, dónde toda la banda ya me esperaba llena de energía y con ganas de grabar.
- Que comiencen a tocar en 3... 2... 1... ya! - y la banda haz sonar todos aquellos instrumentos con una melodía hermosísima.
Yo contaba los tiempos correctamente para no retrasarme ni adelantarme del momento en que comenzaba a cantar. Estaba a punto de hacer salir da primera palabra cuando una vez más siento aquel maldito dolor en el pecho, pero ahora fue aún más fuerte y ahí la respiración dejó de existir.
- Pablo, estás bien? - me pregunta Lolo.
Yo pude responder nada porque la respiración me cortaba completamente las palabras de la boca. El dolor se intensificó un poco y ahí ya no podía escuchar a 100% lo que me estaban diciendo.
Pongo la mano en mi pecho porque ya no aguantaba de tanto dolor, parecía que el corazón estaba dando los últimos latidos y mis piernas ya estaban muy frágiles, tan frágiles que ya era imposible sostenerme en pie.
David y Lolo me ayudarán a sentarme en una silla, Mariola que también estaba por allí me da una vaso de agua y empiezo a ver todo que estaba al rededor de mí girando sin parar hasta que me vuelvo en algo extraño, tan extraño que creo que me quedé dormido.

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